El inicio de la pubertad se considera normal, aunque en
el extremo, si se produce entre los 8 y los 9 años en las niñas y entre los 9 y
los 10 en los niños
Eroski-María Huidobro. Imagen: Iva Balk |
Su
cuerpo les dice que ya es hora de entrar en la pubertad. Y ellos parece que no
están preparados. El tiempo pasa, a veces, demasiado pronto para que nuestros
hijos entren en esta etapa de la vida. Pero ocurre. Viven una pubertad adelantada que,
según los expertos, está dentro de lo normal si empieza entre los 8 y los 9
años en las niñas y entre los 9 y los 10 en los niños. En este artículo
abordamos el adelanto de la pubertad, las causas de este fenómeno y cómo
prevenirlo.
En la pubertad, ese periodo de transición entre la
infancia y la edad adulta, experimentan una activación del sistema de las
hormonas sexuales que provoca que sus huesos y músculos crezcan rápido, la
forma y el tamaño de sus cuerpos se modifiquen y adquieran la capacidad
reproductiva. La voz cambia, el vello abunda, el acné brota y su olor corporal
se hace más perceptible. Además, sufren cambios psíquicos y de la personalidad.
Este inicio puberal se origina entre los 8 y 13 años en las niñas y entre 9 y
14 años en los niños.
Por tanto, está dentro de lo normal, aunque en el
extremo, aseguran los pediatras, si esta madurez fisiológica empieza entre los
8 y los 9 años en las pequeñas y entre los 9 y los 10 en los varones. La
pubertad adelantada, sobre todo en niñas, es muy frecuente (10-12 %). Preocupa
tanto entre los padres que, por detrás de la talla baja, es motivo de consulta
habitual. Pero no se considera una patología médica, si bien hay especialistas
que recomiendan atenderla.
Causas del adelanto de la pubertad
Y es que nuestros niños, como sucede en la mayoría
de los países, se están haciendo mayores más rápido que hace unos años. "Hace
una década, el comienzo de la pubertad en las niñas solía situarse en los 10,8
años, mientras que, en la actualidad, el principio del desarrollo puberal tiene
lugar a los 9,8 años".
Entre las teorías que explican este adelanto, una
engloba al sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo,
una verdadera epidemia. Esta hipótesis, estudiada principalmente en niñas, se
fija en la leptina, una
hormona que producen las células grasas y que está implicada en el inicio de la
maduración puberal. Una investigación publicada en la revista Pediatrics demostraría
que las pequeñas que presentan un mayor índice de masa corporal (IMC) alcanzan
la pubertad a edades más tempranas.
Otro motivo está relacionado con las adopciones
internacionales. Según varios estudios, las niñas adoptadas
tienen un riesgo hasta 20 veces mayor de presentar pubertad precoz, sobre todo
si lo fueron con más de dos años. "Puede existir un periodo crítico
denominado prepuberal en el que el organismo, tras recuperar el peso y la
talla, genera además una maduración del hipotálamo y otros mediadores
implicados en el desarrollo de la pubertad". Y en los últimos años, el
factor ambiental entra en juego. Hay sustancias naturales y químicas capaces de
comportarse como ciertas hormonas y perjudicar al sistema endocrino. Los
llamados disruptores
endocrinos pueden
alterar el inicio de la pubertad, tanto adelantarla como retrasarla.
Pesticidas, plásticos con bisfenol A, ftalatos en productos cosméticos y
juguetes y metales pesados como el plomo son algunos.
¿Cómo prevenir el adelanto de la pubertad?
Los especialistas insisten en que una alimentación
saludable en todas las edades, incluso en las embarazadas, ayudará a prevenir
el adelanto de la pubertad. Estimular la lactancia materna en
niños con bajo peso al nacimiento y evitar darles lactancia artificial con
derivados de la soja también está entre las recomendaciones.
"Desde el nacimiento aconsejo a los padres que
realicen una alimentación reglada por su pediatra y
también que cumplan con los hábitos que se recomiendan. El niño debe tener una
nutrición normal para su edad y, en ningún momento, presentar sobrepeso o, por
el contrario, estar malnutrido por la escasa formación de sus padres",
apunta la endocrinóloga infantil del hospital Ruber Internacional, Mª Teresa
Muñoz.
A estos consejos se unen otros, como evitar la
exposición a sustancias químicas de uso doméstico y
advertir a las familias de los riesgos de una recuperación excesiva de peso y
talla, en niñas adoptadas, especialmente las que proceden de países asiáticos.