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El
WMM es un mapa del campo magnético de nuestro planeta y resulta esencial
para la navegación. Es empleado en los sistemas que dirigen los
barcos en el mar, así como en numerosas aplicaciones de localización como Google
Maps. Y predice los cambios en el campo magnético terrestre con
varios años de anticipación.
Las
nuevas versiones del WMM aparecen cada cinco años, y la siguiente tendría que
hacerlo en 2020. Sin embargo, tras el
análisis anual del campo magnético realizado por la Administración Nacional
Oceánica y Atmosférica estadounidense (NOAA) y la Oficina de Estudios
Geológicos del Reino Unido (BGS), se ha evidenciado que si los especialistas no
introducen cambios en el actual Modelo Magnético Mundial, su imprecisión podría
causar problemas a la navegación. Se espera que la nueva
versión salga el 30 de enero.
El movimiento del Polo Norte
El
problema, entre otros factores, radica en el movimiento del Polo Norte. El polo
vaga en maneras impredecibles que han fascinado a los exploradores y
científicos desde que fuera medido por primera vez en 1831 en el Ártico
canadiense. En los 1990, se registró un desplazamiento a una velocidad de 15
kilómetros al año, y para el 2007 ya había entrado en el océano
Ártico.
Actualmente
el Polo se está desplazando hacia Siberia y
se aleja de Canadá a una velocidad de 55 kilómetros al año. "El hecho de
que el Polo se mueva rápido hace que esta región [donde se encuentra] sea más
propensa a errores graves", advierte el investigador del cambio magnético
terrestre Arnaud Chulliat, de la NOAA. El experto trabajó en la creación del
nuevo Modelo Magnético Mundial y asegura que este será válido hasta 2020.
¿Por qué cambia el campo magnético?
Los
especialistas todavía carecen de una explicación rigurosa del fenómeno del
movimiento de los campos magnéticos. Una de las versiones es que se producen a
causa de ondas "hidromagnéticas" que
emanan de las profundidades del núcleo terrestre. Por su parte, el movimiento
rápido del Polo Norte magnético podría vincularse a un
chorro de hierro líquido que se genera a alta velocidad
debajo de Canadá, lo que debilita el campo magnético sobre el Ártico canadiense
y causa que el Polo se desplace hacia Siberia.