El Secretario General de la ONU se
encuentra en la ciudad japonesa de Osaka, intervendrá ante el G20, que reúne a
los líderes de las 19 mayores economías del mundo, más la Unión Europea, y que
en su conjunto representan el 80% de las emisiones de gases de efecto
invernadero que provocan el cambio climático. António Guterres ofreció una
rueda de prensa en la que reiteró una vez más la necesidad de atajar el cambio
climático.
“El ritmo del cambio es más rápido que el
nuestro. Estamos viendo olas de calor en Europa, sequías en África, tormentas
en África y el Caribe, incluso en los Estados Unidos. Somos testigos de una
multiplicación de desastres naturales que son cada vez más intensos, más
dramáticos, con unas consecuencias humanitarias cada vez más graves y
frecuentes. Estamos observando los glaciares derritiéndose, los corales
blanqueándose, la capa de hielo en el Ártico en sus niveles más bajos de la
historia (…) es extremadamente preocupante”, declaró.
Eco de esas palabras se hizo el secretario
general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri
Taalas cuando dijo: “Cada vez más escuchamos la frase emergencia climática,
pero la emergencia no es sobre el clima, sino sobre los
océanos, los recursos hídricos, la seguridad alimentaria, los ecosistemas y el
desarrollo sostenible del planeta entero”.
Taalas hizo esa aseveración a través de un
comunicado emitido por la Organización en el que se señala que, entre 2015 y
2019, la Tierra está en camino de experimentar los cinco años más
cálidos desde que existen registros.
La OMM advierte que las crecientes
concentraciones de gases de efecto invernadero acelerarán
el calentamiento global y sus efectos “para las
generaciones futuras”.
"La última vez que la Tierra experimentó
una concentración comparable de dióxido de carbono fue hace entre 3 y 5
millones de años, cuando la temperatura era dos o tres grados más cálida y el
nivel del mar era entre 10 y 20 metros más alto que ahora",
dijo Taalas.
La urgencia visible y creciente de la acción
climática se centrará en una reunión que se celebrará en Abu Dabi del
30 de junio al 1 de julio, con el objetivo de impulsar iniciativas que se
anunciarán en la Cumbre de Acción Climática que se celebrará en septiembre en
Nueva York a iniciativa del Secretario General.
No más de 1,5 grados
En Osaka, Guterres mostró su confianza en la
ciencia y en el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático que señala
la necesidad de asegurarnos de que no alcancemos más de 1,5 grados centígrados
de calentamiento global al final del siglo.
“Esa es la razón por la que reúno una cumbre
sobre el clima en Nueva York en septiembre, y esa es la razón por la que
apelaré a los líderes aquí para que tengan un compromiso mucho más
fuerte”, dijo Guterres quien indicó que para lograr no subir de
los 1,5 grados hay medidas “que son absolutamente esenciales”,
entre las que enumeró: poner un precio al carbono, terminar los subsidios a los
combustibles fósiles, no construir centrales eléctricas de carbón.
Calentamiento político y económico
El calentamiento global no se restringe a las
condiciones atmosféricas y físicas de la Tierra, sino también a la política y
economía mundiales, dijo Guterres.
En el terreno político citó situaciones
como la del Golfo Pérsico o las tensiones comerciales, mientras
que en el económico, además de esos conflictos comerciales, aseguró que existen
“incertidumbres relacionadas con los altos niveles de deuda, la inestabilidad potencial
en los mercados financieros y el riesgo de desaceleración en el crecimiento
mundial”, señaló el titular de la ONU que observó que va a ser muy difícil que
el G20 vaya a llegar a un acuerdo en esta reunión sobre los algunos de los
desafíos internacionales más importantes.
Muchos de esos desafíos podrían resolverse a
través de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, pero
Guterres dijo que los Estados están atrasados en el cumplimiento
de sus objetivos y sus propios compromisos.
Ante todo ello, el Secretario General terminó
con “un llamamiento para un compromiso mucho más fuerte de los miembros del
G20, cuyos economías representan el 80% de las emisiones responsables del
cambio climático y que representan un área muy importante de la cooperación
financiera y económica internacional; un llamamiento para que tenga un
compromiso mucho más fuerte con el que poder evitar la situación actual en
la que el cambio climático va más rápido que nosotros y poder sortear el
retraso que lleva el cumplimiento de la Agenda 2030”.