Esto supone complicaciones en su día a día y dificultades de integración social.
A esta conclusión llegó el psiquiatra austríaco Hans Asperger en el año 1906, quien describió por primera vez el síndrome que lleva su nombre.
Los trabajos de Asperger se publicaron en la década de los 40, pero no fue hasta la década de los 80 cuando el tema cobró interés.
El síndrome de Asperger es en realidad una forma de autismo, formando parte de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA).
Es un trastorno del neurodesarrollo por el cual el cerebro de la persona funciona de manera diferente a la habitual, especialmente en la comunicación e interacción social y en la adaptación flexible a las demandas del día a día.
Comparte las características básicas del autismo: la persona con síndrome de Asperger tiene dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento; sin embargo, tiene un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la media de la población.
Las personas con síndrome de Asperger quieren relacionarse, pero no saben cómo hacerlo. A veces, se encuentran solos. Foto: escena de la película Mary and Max |
El síndrome de Asperger es en realidad una forma de autismo, formando parte de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA).
Es un trastorno del neurodesarrollo por el cual el cerebro de la persona funciona de manera diferente a la habitual, especialmente en la comunicación e interacción social y en la adaptación flexible a las demandas del día a día.
Comparte las características básicas del autismo: la persona con síndrome de Asperger tiene dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento; sin embargo, tiene un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la media de la población.
Las personas con síndrome de Asperger se expresan correctamente, incluso pueden emplear un lenguaje muy formal, técnico y preciso, pero no entienden las señales no verbales: gestos, expresiones, etc. Son muy literales; no captan las bromas, los chistes, las metáforas o los sarcasmos. Quieren relacionarse, pero no saben cómo hacerlo. A veces, se encuentran solos.