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El barbasco y el desarrollo de la píldora anticonceptiva

Así se convirtió México en una potencia en la producción de hormonas esteroides

José Beltrán.- En las primeras décadas del siglo XX, los campesinos mexicanos recogían un tubérculo silvestre que terminaría por modificar la historia de la ciencia moderna.

Imagen ilustrativa del barbasco - Shutterstock

En las primeras décadas del siglo XX, en las selvas del sur de México los campesinos encontraron en abundancia el barbasco, un tubérculo que cambió la historia global de las hormonas esteroides sintéticas y que marcó el inicio de la fabricación de la píldora anticonceptiva oral.

Entre los campesinos mexicanos que recogían esta dioscorea siempre existieron mitos sobre el uso que podría tener. Algunos aseguraban que era utilizado para la fabricación del jabón Fab. Pero para los trabajadores del campo era muy pronto para saber que esta planta cambiaría el curso de la medicina moderna.

Inicios

A principios del siglo XX, se buscaban extraer sustancias de vegetales o animales para reproducir las hormonas que, hasta ese momento, se hallaban solo fuera del cuerpo humano.

Las compañías farmacéuticas comenzaron a trabajar en el colesterol de la médula espinal del ganado para sintetizar las hormonas sexuales. Para 1929, los científicos aislaron las hormonas sexuales femeninas a partir de la orina de mujeres embarazadas, y para 1931, extrajeron las hormonas masculinas con la orina de los hombres, según explica la historiadora de Harvard, la mexicana Gabriela Soto Laveaga, en su libro 'Laboratorios en la selva: Campesinos mexicanos, proyectos nacionales y la creación de la píldora anticonceptiva'.

Producción de hormonas

Poco después, las hormonas comenzaron a ser utilizadas para los trastornos premenstruales, mientras que para finales de 1920, se anunciaron como remedio para la menopausia, infertilidad y problemas en los órganos genitales. En los primeros años de la década de 1930, los médicos afirmaban que la insuficiencia de progesterona (la hormona sexual que segrega el ovario femenino) podría tener como desenlace los "abortos habituales".

Trabajadores extienden con rastrillo la raíz de barbasco
triturada que será utilizada por SyntexMediateca.
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)

Con esto en mente, el químico estadounidense Russell Marker intentó "replicar las hormonas animales a partir de materiales vegetales", porque deducía que los esteroles que estaban presentes en las liliales (como el lirio o el espárrago) o dioscoreas (yuca, maguey o barbasco) "eran la solución a la escasez en la producción de hormonas", según explica Soto Laveaga en su libro.

Así, el científico puso todos sus esfuerzos en trabajar en el compuesto orgánico conocido como sapogenina, presente en la raíz de la zarzaparrilla. A partir de la separación de la cadena lateral de la sapogenina —en un proceso que después sería conocido como "degradación de Marker"—, el químico llegó a obtener progesterona.

Con este logro, otras hormonas podrían obtenerse a partir del proceso químico de la mencionada raíz. Pero Marker continuó su investigación en EE.UU. y en México con la intención de encontrar otras plantas que tuviesen mayores cantidades de sapogenina. En particular, el químico estadounidense buscaba extraer diosgenina y ahí es cuando se enteró de un gran tubérculo (dioscorea) que crecía en el sur de México.

A su regreso a EE.UU., Marker llevó su ejemplar del tubérculo toreta, cortó la raíz y aisló la diosgenina. Así, el químico logró "sintetizar más progesterona de la que se había sintetizado antes". Después, se acercó a varios laboratorios en busca de financiamiento y finalmente fue aceptado en una nueva compañía mexicana, Syntex, que estaría dedicada a la industrialización y producción de progesterona teniendo como principal materia prima el barbasco.

Primera píldora anticonceptiva

Tras la salida de Marker, el joven científico mexicano Luis Ernesto Miramontes comenzó a hacer investigación en Syntex.

Luis Ernesto Miramontes -derecha- le muestra la planta
barbasco a un empresario de SyntexMediateca.
Instituto Nacional de Antropología e Historia -INAH-

La historiadora Soto Laveaga apunta que Miramontes era "muy bueno para encontrar soluciones". "Es decir, le podían dar una sustancia y le decían: '¿qué es lo qué se encuentra aquí o cómo podemos derivar equis de esta sustancia?'", explica la académica de Harvard en entrevista con RT.

Con esta particularidad, a Miramontes se le encargó una complicada misión: encontrar la manera de parar los abortos naturales que sufrían muchas mujeres. A sus 26 años, Miramontes logró sintetizar la noretindrona, que terminó por convertirse en el ingrediente activo (antiovulatorio) de la primer píldora anticonceptiva oral.

De acuerdo con Soto Laveaga, el descubrimiento de Miramontes impulsó "a la compañía Syntex realmente a un nivel estratosférico en cuestión de ganancias, de lucro, de conocimiento". Además, convirtió a México durante varias décadas en un importante "centro de conocimiento de hormonas esteroides".

"Venían de todo el mundo a hacer Congresos, simposios, para aprender, porque aquí es donde estaba el barbasco. Si tienes la materia, el recurso, puedes hacer un sinfín de experimentos, y es por eso que Syntex lograba hacer tantos", explica la académica a este medio.

Hacia finales de la década de 1950, México producía casi 90 % de las hormonas esteroides del mundo y monopolizó esta producción hasta 1960.

Raíz de barbasco o cabeza de negro en el almacén de
los Laboratorios Syntex S. A.
Mediateca Instituto Nacional de Antropología 2e Historia -NAH-
Buena parte del éxito de México radicaba en el conocimiento práctico de cerca de 100.000 campesinos mexicanos que recolectaban el barbasco. Por su parte, las compañías farmacéuticas transnacionales también se aprovecharon de la económica mano de obra del país latinoamericano.

Control de la industria

El Gobierno mexicano intentó "controlar la industria del barbasco", explica Soto Laveaga. Por ello, anunció la creación de la Comisión de Estudios sobre la Ecología de las Dioscoreas, un organismo que sería financiado por las compañías transnacionales.

"Hubo una generación de biólogos, botánicos y químicos que se entrenaron utilizando el dinero que se salía del barbasco. Pagaban las compañías farmacéuticas una cuota al Gobierno mexicano y de este dinero había investigación", cuenta Soto Laveaga.

En el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976) se anunció la creación de Proquivemex, que tendría como principal encargo fabricar hormonas esteroides nacionales y producir medicamentos de patente con la misión de otorgar independencia farmacéutica a México.

Pero cuando Echeverría intentó proteger el barbasco y la producción masiva de hormonas esteroides, ya era muy tarde.

"Las grandes industrias farmacéuticas europeas y de EE.UU. ya han encontrado otros sintéticos, no dependen del barbasco, pero lo siguen usando porque es muy barata la mano de obra mexicana", apunta la historiadora de Harvard.

Aunque las miradas usualmente se centran en algunos científicos o laboratorios, Soto Laveaga reflexiona que, sin los campesinos mexicanos, posiblemente no hubiese existido el auge por el barbasco y el posterior desarrollo de una industria de hormonas esteroides.

"Sin campesinos, no hubiera habido este auge. (Creo) 100 % que sin los campesinos, la píldora anticonceptiva, la cortisona, se hubieran descubierto, pero hubiera sido mucho después", concluye la historiadora.

Las mujeres y la tierra son oprimidas de la misma forma

   "La crisis climática es una crisis de derechos humanos y es 

 una crisis  de desigualdad" 

 La feminista y activista climática mexicana María Reyes a bordo del barco de Greenpeace Rainbow Warrior, en camino a la COP26 en Glasgow, Escocia.
© Greenpeace/Suzanne Plunkett.-

“La tierra y las mujeres son oprimidas de la misma forma. Son tratadas como territorios de conquista y son utilizadas como recursos”, afirma María Reyes una joven de 19 años de la ciudad mexicana de Puebla, estudiante de una licenciatura en biología y activista ambiental, que no duda en autodefinirse como feminista.

“Completamente. De hecho, llegué al movimiento climático a través del movimiento feminista. Por ahí bien dicen que una se hace feminista con su propia historia. Yo empecé en el feminismo desde que tenía doce años sin saber que estaba incursionando en el feminismo, sino más bien por una cuestión de supervivencia”.

El feminismo condujo a María a conocer el ecofeminismo. Fue así como entendió la explotación histórica de las mujeres y la tierra.

María forma parte de la iniciativa MAPA del movimiento Fridays for future, fundado por la activista sueca Greta Thumberg y que trabaja en favor de las personas y las áreas más afectadas por el cambio climático.

¿Por qué te interesaste por estas causas? ¿Cómo empezaste tu trabajo como activista?

“Siempre he tenido cierto interés por las cuestiones ambientales. En la escuela primaria nos enseñaban sobre el cambio climático, diciéndonos que era responsabilidad de todos y que teníamos que enfrentarlo cerrando la llave del agua, viajando menos en auto. Pero cuando empezó el movimiento de Fridays for future, en 2019, tenían una narrativa muy interesante que decía que nos habían hecho creer que es responsabilidad de todes, lo cierto es que hay sectores, empresas y gobiernos, ciertas industrias que tienen mucha más responsabilidad que un individuo promedio. Eso me hizo muchísimo clic y me uní al movimiento en mi ciudad, Puebla. Me di cuenta de que la crisis climática iba más allá de los impactos ambientales, también tenía impactos sociales que se interceptaban con las distintas identidades de las personas. Eso me movió mucho y me hizo darme cuenta de que la crisis climática es una crisis de derechos humanos y es una crisis de desigualdad.

Además de Fridays for future, a principios de 2021, María encontró otros espacios internacionales para realizar su labor.

“Encontré específicamente MAPA, un espacio seguro para personas del Sur global y reforzó la idea de que la etnia, la raza, el género, las desigualdades socioeconómicas, las discapacidades nos hacen ser muchos más vulnerables a ciertos impactos de la crisis climática. Empezamos a empujar esta narrativa en el movimiento internacional para que hubiera un mayor reconocimiento de que la crisis climática es una crisis de desigualdad y no impacta a todas las comunidades de la misma forma”.

También el año pasado, María se involucró con ONU Mujeres, en el foro Generación Igualdad.

“Específicamente en la coalición de acción feminista por la justicia climática. Lo que hacemos es crear espacios para que mujeres y disidencias más afectadas por la crisis climática puedan compartir sus historias y que se conozca de qué forma les impacta esa crisis y cómo se relaciona con la desigualdad de género”.

 Protesta de Viernes por el Futuro del grupo MAPA, personas y zonas más afectadas, ante la sala
de plenos de la Conferencia sobre el Clima de las Naciones Unidas (COP26) en Glasgow.
© Greenpeace/Marie Jacquemin.

Justicia social

Le has dado un enfoque de género a tu activismo por la acción climática…

“Siento que más bien ha sido un enfoque de justicia social, le llamamos justicia climática, y especialmente en torno a las territorialidades en el Sur global, y además el género, sí”.

María cita algunos ejemplos de los atropellos y desventajas que encaran las mujeres, especialmente las rurales e indígenas, en su vida cotidiana.

“En países como México y en toda América Latina, donde la violencia de género es el pan de cada día, cuando una mujer defiende su territorio o incluso cuando vamos a las calles a manifestarnos, no solamente enfrentamos un choque con la sociedad por estarnos manifestando, sino también por el hecho de ser mujeres y porque nos tachan de revoltosas. Somos muchos más propensas a que en una manifestación o después de ella nos pueda ocurrir algo. Y más allá de México, en ciertas comunidades, como en Asia, donde se sufren más continuamente impactos como tifones o tsunamis y los lugares se inundan, la mujer, por haber estado sistemáticamente excluida de espacios donde pueda desarrollar habilidades de supervivencia o más fuerza física, tiene menores probabilidades de sobrevivir cuando hay este tipo de desastres naturales”.

Movimientos de base

María está convencida de que para acabar con estas injusticias se precisan movimientos de base.

“Las personas y comunidades tienen su propia voz, lo que necesitan es que seamos aliades y apoyemos para que esa voz resuene más alto. Primero, se deben conocer esas historias para tener una perspectiva más amplia de cómo esta crisis es una crisis de desigualdad. Segundo, en lugares como Naciones Unidas y foros internacionales, es muy importante su presencia porque es una oportunidad de incidencia, de influir en las negociaciones o en quienes llevan a cabo las negociaciones. El foro Generación Igualdad provee estos espacios para juventudes. Además, nos ayuda a tejer redes. De nada sirve que cada quien luche por su propia causa en distintos frentes, tenemos que darnos cuenta de que nadie es libre hasta que todos lo seamos”.

¿Cuál es la manera de empoderar a las mujeres, además de hacer oír su voz?

“Es muy importante tejer redes de solidaridad, de sororidad entre mujeres, redes comunitarias. Las comunidades rurales lo hacen muchísimo, entre ellas se organizan. Esa es una forma de resistencia porque se acompañan. Creo que es algo que a las que nacimos en ciudades nos cuesta mucho más trabajo conectar con esas ideas, pero es muy importante. Tejer redes comunitarias y de acompañamiento entre mujeres y darnos valor, darnos acompañamiento, amor entre nosotras. Porque al final, es muy peligroso depender de lo que los altos mandos quieran hacer o escuchar. La resistencia viene desde el pueblo y desde las comunidades organizadas”.

Educación comunitaria y de género

¿Cuál es el papel de la educación?

“La educación comunitaria es muy importante. Hablar con las comunidades, conocer de primera mano cómo se vive, sus experiencias, porque de repente esperamos a que salgan reportes como el del IPCC en los que nos da respaldo la ciencia, pero se nos olvida que no hay que descalificar el conocimiento que tienen las comunidades por experiencia propia. Y seguir demandando la forma en que se enseña sobre el cambio climático en las escuelas, en la educación formal, esté mucho más actualizada y se deje de culpar a los individuos por una crisis que es sistémica. No podemos poner en el mismo lugar a una persona que viaja en auto todos los días que al dueño de una compañía petrolera, no tienen la misma responsabilidad”.

¿Te parece que la educación debe tener una perspectiva de género en cuanto a la emergencia climática?

“Sí, definitivamente. Cuando hablamos de la crisis climática como una crisis de desigualdad, tenemos que hablar de género sí o sí. Sobre todo en México y Latinoamérica. En México específicamente porque somos uno de los países más peligrosos para las mujeres. Me parece vital que haya una educación, una instrucción en cuanto a cómo estas diferentes circunstancias se interceptan. Porque, al final, para nosotros a nivel individual, el conocimiento es poder, un poder de acción y organización”.

Un lancha transporta a los jóvenes activistas climáticos de Viernes por el Futuro Jakapita Faith Kandanga, de 24 años, de Namibia, Edwin Moses Namakanga, de 27 años, de Uganda, María Reyes,
de 19 años, de México, y Farzana Faruk, de 22 años, de Bangladesh, al barco de Greenpeace
Rainbow Warrior.
© Greenpeace/Suzanne Plunkett

Llamado a la acción desde el amor por las comunidades

Vas a participar en el panel de alto nivel que organiza ONU Mujeres el 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer. ¿Qué vas a plantear ahí?

“Es muy bonito hablar y hacer promesas, pero necesitamos accionarlos. Lo que quiero llevar a los espacios de incidencia internacionales, especialmente Naciones Unidas, es una llamada a la acción. No desde la desesperanza, no decir hay una crisis, tenemos que actuar porque si no, quién sabe que va a pasar, nos estamos quedando sin agua, hay más incendios forestales cada día, Argentina está en llamas… Yo no quiero traer ese mensaje de desesperanza. Quiero más bien llamar a la acción desde un amor revolucionario, desde el amor que tenemos por las comunidades, por el movimiento… las ganas que tenemos de seguir teniendo un planeta que podamos habitar. Nos corresponde usar esas plataformas para hacer llamados a la acción y motivar a las personas que no estén involucradas en la lucha y a las juventudes a que se accionen, que en sus comunidades se involucren en la lucha climática”.

Movimiento climático, feminismo y círculos de poder

Esta acción, ¿podrían ser las redes que mencionabas antes?

“Sí, el movimiento climático tiene mucho que aprenderle al feminismo en cuanto a la fuerza, organización y resiliencia que se tiene. Hay muchísimo potencial con respecto a las redes de mujeres luchando no sólo por la justicia de género sino por la justicia climática”.

Llama la atención que hablas mucho de los movimientos de base, pero en ningún momento has tratado el tema del poder. ¿No te parece que las mujeres deben llegar a los altos círculos de toma de decisiones?

“Sí, pero es muy importante hacer una crítica de qué mujeres están llegando a esos círculos. Porque de repente hay distintos privilegios que ciertas personas pueden tener. Incluso el feminismo, no siempre vela por la diversidad de todas las mujeres, no siempre es un feminismo incluyente para todas las mujeres. No es suficiente decir, sí, hay que poner cuotas de género y hay que empoderar a las mujeres para estar en estos espacios, también hay que poner énfasis en qué mujeres estamos presentes ahí ¿somos mujeres de color, mujeres rurales, mujeres indígenas, mujeres cisgénero? Una cuota de género tiene que ir mucho más allá de decir si eres mujer o no, tiene que haber un énfasis en las distintas identidades étnicas, raciales, socioeconómicas porque de nada sirve poner en lugares de poder a alguien que va a seguir reforzando las mismas lógicas patriarcales, clasistas o capitalistas. Es importante que se ponga énfasis en las mujeres de base y empoderarlas para llegar a espacios de incidencia de alto nivel porque son ellas las que viven el día a día la realidad de la desigualdad de género y la crisis climática”.

Entrevista: Carla García

Empezar desde cero: cómo es la vida en la República Popular de Donetsk

Los incesantes combates dejaron sin infraestructura a la aldea de Bugas, que se encuentra casi al borde de una catástrofe humanitaria.
Un integrante del Ministerio de Situaciones de Emergencia de la República Popular de Donetsk entrega botellas con agua a una residente de la aldea de Bugas, el 6 de marzo de 2022Foto- Viktor Antonuk /- Sputnik

Cada día desde la República Popular de Donetsk anuncian la toma de control sobre nuevas aldeas. Así, Bugas, un pueblo a 40 km de Donetsk, hace tan solo dos semanas también estaba bajo el control del Ejército ucraniano, que, sin embargo, salió huyendo bajo la presión de las milicias de la república popular.

Sin embargo, los ataques en la región no cesan y el fuego viene tanto desde el lado ucraniano como desde el territorio controlado por las milicias de Donetsk.

Durante su retirada, los militares ucranianos se llevaron prácticamente todo, incluidos los productos.

Mientras, los incesantes combates dejaron sin infraestructura a esta aldea, que se encuentra casi al borde de una catástrofe humanitaria. "Hace frío, no tenemos electricidad, y lo peor de todo es que no tenemos contacto con nuestros hijos. Los míos están en Járkov, solo quiero saber si están vivos. Tenemos miedo, han destruido la mitad de las casas, miren, incluso hay muertos", afirmó una residente.

Los habitantes de esta zona no han visto la paz durante ocho años y, pese a que siguen escuchando disparos, confían en que pronto podrán reanudar sus vidas, aunque tengan que empezar desde cero.

El precio del cobre y del aluminio alcanza récords históricos en la Bolsa de Metales de Londres

El aluminio ha llegado a los 4.030 dólares por tonelada, mientras que el cobre se comercia a 5 dólares por cada libra.
Imagen ilustrativa Shutterstock
Los precios de los futuros del aluminio y el cobre batieron este lunes por la mañana un nuevo récord en la Bolsa de Metales de Londres. El aluminio ha alcanzado los 4.030 dólares por tonelada, mientras que el cobre se comercia a 10.845 dólares por tonelada. Los futuros del cobre subieron por encima de 5 dólares por libra por primera vez en su historia.

Entre las razones del alza del aluminio se encuentra, sumado a los ya bajos inventarios existentes, la suspensión del suministro ruso luego de que las tres líneas de contenedores más grandes del mundo (MSC con sede en Suiza, Maersk de Dinamarca y CMA CGM de Francia) suspendieran los envíos de carga hacia y desde Rusia en el marco de las sanciones de Occidente contra Moscú tras el inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania.

En tanto, el aumento del cobre se registró en medio de preocupaciones persistentes de interrupciones en el suministro e inventarios históricamente bajos. Los proveedores son especialmente escasos en Europa y, aunque Rusia representa solo el 4% de la producción mundial, Europa es el principal mercado de exportación.

Previamente, el precio de los futuros del gas natural en Europa con suministro en abril en el mercado neerlandés TTF ha marcado su nuevo máximo histórico. Actualmente, su valor por 1.000 metros cúbicos se ha situado en 3.900 dólares.

Cuantos pasos se necesitan para una buena salud

Imagen ilustrativa-Paul Bradbury / Gettyimages.ru

Un estudio revela la cantidad necesaria de pasos diarios para mantener una buena salud (y no son 10.000)

No se encontró una asociación definitiva con la velocidad al caminar, más allá del número total de pasos por día.

Un metanálisis que reunió 15 estudios, en los participaron casi 50.000 personas de cuatro continentes, ha revelado la cantidad de pasos diarios necesarios que pueden mejorar la salud y longevidad de los seres humanos.

Un equipo de investigación, dirigido por la epidemióloga de actividad física Amanda Paluch, de la Universidad de Massachusetts Amherst (EE.UU.), agrupó a los participantes en cuatro grupos comparativos según el promedio de pasos por día.

En orden ascendente, el primer grupo alcanzó un promedio de 3.500 pasos; el segundo, 5.800; el tercero, 7.800 y el cuarto, 10.900 pasos diarios. Según los resultados, en las tres categorías más activas hubo entre un 40 % y un 53 % menos de riesgo de muerte, en comparación con el cuartil más bajo que caminó menos pasos.

Los hallazgos, publicados en la revista Lancet Public Health, concluyen que el número de pasos necesario para obtener los beneficios de una vida activa ronda los 6.000 y también depende de la edad.

"Hay mucha evidencia que sugiere que moverse incluso un poco más es beneficioso, particularmente para aquellos que realizan muy poca actividad", señala Paluch y destaca que "el beneficio en términos de riesgo de mortalidad se nivela entre 6.000 y 8.000 para los adultos mayores y entre 8.000 y 10.000 para los adultos más jóvenes".

Asimismo, el experto precisa que no se encontró una asociación definitiva con la velocidad de la marcha, más allá del número total de pasos por día. El hecho de caminar, independientemente del ritmo al que se lo haga, fue el vínculo con un menor riesgo de muerte.

El equipo sugiere que los resultados encontrados "pueden servir de base a las directrices sobre pasos para la promoción de la actividad física en la sanidad pública".

Por otro lado, el comunicado de la Universidad de Massachusetts Amherst detalla que el "mantra de los 10.000 pasos al día" solamente surgió de una campaña de marketing, utilizada por una empresa japonesa de podómetros en 1965.

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