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Amin Muktar, de 4 meses, sentado en el regazo de su madre, mientras espera para recibir las vacunas contra la polio y la pentavalente en el Centro de Atención Primaria de Salud de Nyakuron, en Juba, Sudán del Sur. |
El anuncio de la agencia sanitaria, que coincide con el
Día Mundial de la Hepatitis, destaca que el actual repunte pone de relieve los miles de infecciones víricas agudas de la enfermedad que se producen anualmente entre niños, adolescentes y adultos.
La importancia del tratamiento a nivel comunitario
La Organización Mundial de la Salud trabaja codo a codo con los científicos y los responsables políticos de los países afectados para tratar de comprender la causa de esta infección que no parece coincidir con ninguno de los cinco tipos conocidos de hepatitis: la A, la B, la C, la D y la E.
Pese a disponer de una amplia información y herramientas necesarias para diagnosticar, tratar y prevenir las hepatitis víricas crónicas a nivel global, estos servicios suelen estar fuera del alcance de las comunidades y a veces sólo están disponibles en hospitales centrales o especializados.
El máximo responsable de la agencia, el doctor Tedros Adhanom Gebreyesus, advirtió en su mensaje por la efeméride que "para lograr la máxima eficacia, la vigilancia de las hepatitis debe prestarse a nivel comunitario mediante un sistema de atención primaria de salud eficaz e integrado con otros servicios de salud que aborden toda la gama de necesidades sanitarias".
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OMS/OPS - Vacunación contra la hepatitis B en Argentina (foto de archivo). |
78.000 muertos en 2019 por complicaciones asociadas a la enfermedad
Aunque la mayoría de las hepatitis agudas causan síntomas leves e incluso no se detectan, en algunos casos pueden provocar complicaciones y llegar a convertirse en mortales.
A modo de ejemplo, las complicaciones por infecciones agudas de las hepatitis A a la E causaron en 2019 unas 78.000 muertes en todo el mundo. En paralelo, las iniciativas mundiales de combate a la enfermedad priorizan la eliminación de las infecciones por hepatitis B, C y D.
A diferencia de las hepatitis virales agudas, estas tres últimas variedades causan hepatitis crónicas que duran varias décadas y que provocan más de un millón de muertes al año por cirrosis y cáncer de hígado. Además, son responsables de más del 95% de las muertes por hepatitis.
Un muerto cada medio minuto
"Cada 30 segundos, muere una persona por causas relacionadas con la hepatitis, como la insuficiencia hepática, la cirrosis y el cáncer", afirmó Tedros que recordó que cerca del 80% de las personas que viven con la enfermedad no tienen acceso a atención médica o no pueden pagar su tratamiento.
Para eliminar la hepatitis en el año 2030, la agencia sanitaria de la ONU ha pedido a los países que alcancen cuatro objetivos específicos.
- Reducir en un 90% las nuevas infecciones por las hepatitis B y C
- Disminuir en un 65% las muertes por cirrosis y cáncer de hígado
- Diagnosticar al menos el 90% de los casos de hepatitis B y C
- Tratar al menos al 80% de las personas que reúnen los requisitos para ello
"La baja cobertura de pruebas y tratamientos es la carencia más importante que hay que resolver para alcanzar los objetivos mundiales de erradicación para 2030", según la OMS.
Hay que pasar a la acción
La agencia sanitaria llamó a todos los gobiernos y a sus socios para que “incrementen el uso de herramientas eficaces" contra la enfermedad.
Tedros destacó que un nuevo informe de la Organización muestra cómo Brasil, Egipto, Georgia, Mongolia, Ruanda, Tailandia y el Reino Unido avanzan hacia la eliminación de las hepatitis B y C al aplicar las guías y las herramientas de la agencia sanitaria de la ONU.
"La eliminación de las hepatitis víricas está a nuestro alcance con compromiso político e inversión", afirmó el director general de la agencia.
En memoria de Baruch Blumberg
Se pretende concienciar sobre la hepatitis vírica, que causa una inflamación del hígado que provoca enfermedades graves y cáncer de hígado.
Este año, la OMS destaca la importancia de trasladar la vigilancia de las hepatitis a los centros de salud primaria y a las comunidades para mejorar el acceso al tratamiento, independientemente del tipo de hepatitis.
El científico Baruch Blumberg, fue ganador del premio Nobel y descubridor del virus de la hepatitis B. El investigador también creó una prueba para el diagnóstico de la enfermedad y una vacuna contra el virus.