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Imagen: Julia Freeman-Woolpert |
EROSKI
CONSUMER. - Por MAITE
ZUDAIRE.- El
tratamiento dietético de la gastroenteritis es simple: reposo,
ayuno y abundante líquido,
aunque no siempre resulta efectivo si la infección es más grave y
precisa tratamiento médico. Los síntomas comunes en las infecciones
gastrointestinales son náuseas repentinas, ganas de vomitar y
diarrea, acompañadas de molestias estomacales, debilidad y malestar
general y, en ocasiones, fiebre. Una dieta
adecuada, astringente y sin fibra,
junto con una
buena hidratación mediante
una mayor ingesta de
bebidas isotónicas o de suero oral,
alivia los síntomas y acelera la recuperación.
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Imagen: Adriana Poveda |
Reposo
y dieta líquida
El
reposo y una dieta líquida son las claves para que una
gastroenteritis, que incluye el conocido como "síndrome de las
24 horas", remita. A menudo, no es necesario tomar medicamentos
para superar la infección, salvo un analgésico si el dolor de
cabeza es intenso y persiste o si sube la fiebre.
1.
Primer paso: dieta líquida.
Conviene beber abundante líquido para ayudar a eliminar los gérmenes
del cuerpo y, al mismo tiempo, prevenir la deshidratación. El agua
con limón (hay a quien le resulta más agradable que el agua sola),
las infusiones digestivas o relajantes (manzanilla, hinojo, melisa,
tila o hierbaluisa), los zumos de fruta sin pulpa, el suero oral o
las bebidas isotónicas comerciales son opciones distintas para beber
abundantes líquidos a lo largo del día. Si las náuseas y las
molestias digestivas persisten, ayuda tomar pequeños sorbos de
refresco de cola sin gas.
2. Yogur
con bifidobacterias.
A medida que los vómitos o la diarrea cesan, se inicia la
alimentación sólida con leches fermentadas desnatadas con
bifidobacterias. Los líquidos y los yogures y similares serán la
base de la dieta durante las primeras 12-24 horas.