DW. - "Aunque las emisiones aumentan rápidamente en los países en desarrollo, gran parte se derivan de la producción de bienes que se consumen en otros, lo que significa que las emisiones asociadas a los hábitos de consumo de los ciudadanos de esos países son mucho menores que las de sus homólogos en los desarrollados", indica.
El dossier evidencia la desigualdad en la producción de emisiones tanto entre países como dentro de las propias naciones. Así, certifica que la huella de carbono media del 1% más rico de la población mundial multiplica por 175 la del 10 % más pobre, o que la del 50 % más pobre de la India es una vigésima parte de la del 50% más pobre de la población de EEUU. "Los más ricos y los mayores emisores deben rendir cuentas por las emisiones que generan, sin importar dónde vivan", señala Tim Gore, experto en política climática y alimentaria de Oxfam.
Los multimillonarios del petróleo
El especialista advierte de que "es fácil olvidar que las economías que se están desarrollando más rápidamente también acogen a la mayor parte de las personas más pobres del mundo y que, aunque deben contribuir de forma justa reduciendo sus emisiones, son los países ricos quienes deben asumir mayores objetivos de reducción".
Las únicas personas que se beneficiarían de que en París se consiga un acuerdo poco ambicioso, según la ONG, sería "un grupo de mil millonarios que ha hecho fortuna gracias a los combustibles fósiles".
El futuro pacto debe "movilizar recursos para ayudar a las comunidades más pobres y vulnerables a adaptarse a los efectos del cambio climático", concluye Oxfam, en un llamamiento en el que también pide que las acciones dirigidas a combatirlo respeten los derechos humanos y la igualdad de género.