El director ejecutivo adjunto de Unicef, el británico Justin Forsyth, dimitió este jueves por acusaciones de conducta inapropiada hacia trabajadoras de la ONG Save The Children en 2011 y 2015, cuando era consejero delegado de esa organización.
"Le agradecemos
al Sr. Forsyth su trabajo en los dos últimos años para defender a los niños más
vulnerables y ayudar a que Unicef avanzara en su misión para salvar las vidas
de los niños", dijo en un comunicado la directora ejecutiva de la
organización, Henrietta Fore, quien aceptó su renuncia.
Mientras trabajaba para Save the Children, Forsyth fue
acusado por tres trabajadoras de enviarles mensajes de texto inapropiados,
comentar la ropa que llevaban o lo que sentía por ellas. El directivo, que fue
investigado en 2011 y 2015 por la organización y creía el asunto
"cerrado", aseguró que se había "disculpado sin reservas"
con las empleadas y admitió que había cometido "algunos errores
personales" en esa época.
Forsyth, que llegó a UNICEF en 2016, publicó un comunicado en
su cuenta de Twitter donde explicaba que renuncia al cargo para evitar
"hacer daño" a Unicef, a Save the Children y a su "amplia
causa" en pro de los niños y los más desfavorecidos, en la que recordó
haber trabajado durante 30 años. "Quiero dejar claro que no dimito en
Unicef por los errores que cometí en Save The Children. Fueron tratados a
través de un proceso adecuado hace muchos años. Me disculpé sin reservas en el
momento y cara a cara. Me disculpo otra vez", matizó.
El directivo consideró
que la cobertura de su caso no intenta solo hacerle "rendir cuentas (con
razón)", sino que es un "intento de hacer daño serio" a la causa
que defienden las organizaciones en que trabajó y a la ayuda que prestan.
Según ha informado la
BBC, Forsyth envió en aquellos años un "bombardeo" de mensajes a las
trabajadoras y las hizo sentir "profundamente incómodas", y si no
respondían él las convocaba a una "charla privada" por correo
electrónico.
Save The Children
emitió el miércoles disculpas por el comportamiento de su exconsejero delegado,
que admitió haber tenido "conversaciones inadecuadas e
inconscientes", y anunció una revisión de sus procedimientos ante ese tipo
de incidentes.