20 minutos-BMS / EvaL-Jorge París.- La
concentración de vehículos en las urbes provoca una acumulación de gases y un
gran problema para la salud. La solución pasa por lograr una movilidad más
sostenible. La solución a los problemas de salud en las ciudades pasa por
adoptar vías de transporte sostenibles.
En los últimos años, la degradación del medio
ambiente está empeorando las condiciones de vida de nuestro planeta. Gran parte
de la culpa de este deterioro la tienen los combustibles, y por eso las grandes
ciudades son las más afectadas por esta situación, ya que es donde más coches
se acumulan. Desde el año 1750, la concentración de CO2 en la atmósfera se ha
incrementado en un 30% aproximadamente. El Observatorio de la Sostenibilidad en
España advierte que la contaminación atmosférica, que en gran parte se debe al
tráfico rodado en las ciudades, influye negativamente en la calidad de vida de
los ciudadanos. Se calcula que la exposición a las partículas contaminantes se
refleja en una disminución de entre 9 meses y dos años de la esperanza de vida
en Europa.
Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), el 24% de las enfermedades en el mundo
y el 23% de los fallecimientos pueden atribuirse a factores principalmente
medioambientales.
La Agencia
Internacional de la Energía afirma que 6,5 millones de personas mueren cada año
de forma prematura debido en gran parte a la contaminación del aire. Para
reducir esta cifra a la mitad, dicho organismo está trabajando varias medidas;
el objetivo de las mismas es alcanzar ese dato en el año 2040, y la movilidad
sostenible es una pieza clave de cara a las previsiones.
La población
se está concientizando de este problema y está propiciando cambios importantes
en el entorno, como la tendencia a recurrir a la movilidad sostenible en lugar
de métodos de transporte tradicionales. Así, están surgiendo cada vez más
alternativas responsables con el medio ambiente, como los coches compartidos,
los carriles bici, el aumento en el uso de transporte público o la compra de
vehículos eléctricos, opción que cada vez ofrece más seguridad gracias a una
mayor duración de la batería y a un aumento de los puntos de carga disponibles.
Hay que
tener en cuenta que el 70% de la población mundial vivirá en ciudades en el año
2025, un porcentaje que en el caso de Europa se elevará al 80% en 2020, según
datos oficiales de Naciones Unidas.
A nivel
nacional, distintas propuestas, intentan garantizar que los sistemas de
transporte reduzcan al mínimo sus repercusiones negativas mediante fomento del
transporte público digno, uso de energías más sostenibles, nueva planificación
urbanística e infraestructuras adecuadas.
Se ha
puesto sobre la mesa que los problemas de la movilidad se deben a múltiples
factores. El primero de ellos es el enorme crecimiento de la demanda de
viajeros y mercancías, hasta el punto de que el transporte supera ya el 40% de
gastos en energía dentro del total nacional, con lo que esto supone también en
emisión de gases de efecto invernadero. Influye además que el transporte de
pasajeros se realiza por carretera en la mayoría de casos, que las conexiones
intermodales entre diferentes medios de transporte son débiles y que los
desplazamientos motorizados dentro de áreas metropolitanas no paran de
aumentar.
En el
siglo pasado, el diseño de las zonas urbanas se fijaba principalmente en
favorecer la circulación de los autos, muchas veces omitiendo otras formas de
transporte. Debido a ello, en la actualidad el espacio ocupado por los
vehículos en las ciudades representa más de la mitad del total, incluso en los
nuevos desarrollos urbanos, entre el 70 y el 80% del espacio en ciudad está
dedicado al tráfico y la contaminación ha llegado a ser preocupante.
Limitando la circulación temporalmente en
múltiples ocasiones durante el último año; un escenario similar se ha dado en
urbes que intentan abrirse paso hacia formas de movilidad sostenibles.