Próxima b, el exoplaneta
potencialmente habitante más cercano a la Tierra, podría haber
sido destruido por una potente erupción estelar, según consta en una
investigación publicada en la revista The Astrophysical Journal
Letters.
Un equipo científico liderado por las expertas
en astronomía Meredith MacGregor y Alycia Weinberger del Instituto Carnegie
(Washington, Estados Unidos) analizó una gran llamarada en Próxima Centauri
—la estrella más cercana al Sol que se conoce— que se observó con ayuda del
telescopio ALMA.
El pico de luminosidad de esta fulguración,
que duró menos de dos minutos, fue 10 veces más potente que el de las
erupciones solares medidas en una longitud de onda similar y en su momento
máximo incrementó el brillo de Próxima Centauri en hasta 1.000
veces.
Durante este fenómeno "es probable que
Próxima b fuera arrasado por energía altamente radiactiva", expresó
MacGregor, quien detalló que "llamaradas como esta" podrían
haber "evaporado
cualquier atmósfera u océano" y "esterilizado su
superficie" desde que ese exoplaneta se formó hace miles de millones de
años.
De este modo, la habitabilidad de un planeta
"implica más cosas que estar a la distancia adecuada de su propio Sol para
tener agua
líquida", el elemento clave para el desarrollo de vida
orgánica, concluyó Meredith MacGregor.