"Prossima
vernata Venezia Santa Lucia” anuncia el conductor de tren a través del altavoz
unos minutos antes de llegar a Venecia. Miro por la ventana esperando que el
tren cruce el Ponte della Libertà, que conecta las islas venecianas con tierra
firme. Es una señal de que casi he llegado y de que al otro lado del
puente me aguarda uno de los lugares más románticos e icónicos del mundo.
Muchas personas dicen que es una ciudad sobrevalorada y masificada, pero para
mí sigue siendo un destino en el que descubrir nuevos rincones y sentir la
sensación mágica y romántica de la que tantos poetas hablan.
Del
Palacio Ducal hasta vecindades más tranquilas
Venecia
en verano está masificada. Cualquier turista que llegue en esa época lo sabe de
antemano. Un paseo por la Piazza San Marco puede ser una pesadilla de turistas
con cámaras y palos selfi para tomar instantáneas. Los canales están repletos
de góndolas que pasean a parejas y turistas, en lo que parece más un atasco en
hora punta que un paseo romántico y tranquilo. Conseguir reserva en un
restaurante en los distritos de San Marco o San Polo puede llevar horas. No es
de extrañar, ya que Venecia es una ciudad que atrae anualmente a más de 20
millones de personas que quieren visitar los mismos puntos de atracción
turística.
No
quiero decir que no haya que viajar a Venecia en verano. Pero está bien conocer
a qué lugares acudir durante los meses de estío. Y en qué estación del año se
puede volver para visitar las atracciones principales. "Taxi
acuático, ¿desea tomar un taxi acuático?”, anuncia un vendedor después de
abandonar la estación de tren. Eso arroja una sombra sobre mi primera impresión
veneciana. Tomo un mapa de la ciudad e intento averiguar cómo llegar a los
barrios de Castello y Cannaregio, que quiero descubrir durante mi estancia en
Venecia.
Evitar
las multitudes
Castello
y Cannaregio son los dos "sestieri”, es decir, los barrios más grandes de
Venecia. Aquí se puede vivir el día a día de la ciudad: gente con bolsas de la
compra de regreso a casa, niños que juegan al fútbol en una plaza y mujeres que
tienden la ropa. Tendederos, una imagen que en San Marco es prácticamente
imposible de encontrar. Los días en Castello y Cannaregio son tranquilos y
pacíficos. Paso las sobremesas bebiendo vino junto a los canales o leyendo un
libro en alguno de los muchos cafés.
El paseo en góndola es obligado para las parejas. |
Si
alguien desea pasar más tiempo en Venecia, es posible visitar las islas de
Murano y Burano. Se llega hasta estas diminutas islas al norte de Cannaregio
fácilmente con el vaporetto, es decir, el autobús acuático. Murano no es muy
turístico y ofrece una pintoresca panorámica de calles coloridas y tiendas con
encanto. En Burano se puede pasear con tranquilidad y visitar sus buenos
restaurantes y sus agradables cafés.
Las noches venecianas son tranquilas para pasear. |
Disfrutar
como los venecianos
Para
ver las atracciones principales de Venecia, lo mejor es ir en invierno. No hay
filas, ni hordas de turistas ni vendedores por todas partes. Los precios
tienden a ser algo más bajos y reservar una cena romántica en un restaurante de
San Marco no es tan difícil. Incluso las autoridades municipales han lanzado el
hashtag #enjoyrespectvenezia para animar a un turismo más consciente y
respetuoso con Venecia y sus habitantes. Además, promueven la visita a la
ciudad en la temporada baja.
San
Marco, San Polo y Dorsoduro son fantásticos en esta época del año. Se pueden
visitar las principales atracciones sin miedo a pisar al turista de al lado o
quedar involuntariamente inmortalizado en la foto de otro visitante. Las bajas
temperaturas y los días más cortos otorgan una especie de pasividad a la
ciudad. Todo se mueve con más lentitud. El ambiente se relaja y en los locales
de ocio reina la paz.
Vista de la Basílica de Santa Maria della Salute |
No
hay masas de turistas arrojándose cada mañana desde sus cruceros hasta el
centro de la ciudad. El café matinal se convierte en un disfrute y no en una
lucha para encontrar asiento en el bar. En la temporada baja también es posible
sumergirse en la auténtica vida veneciana. En verano, los lugareños huyen de la
ciudad, pero en invierno la disfrutan sin sentirse extraños en su propia casa.
"Hace pocos años, éramos más de 170.000 habitantes”, me dice un veneciano
mientras bebe una cerveza en un pub de la plaza de San Marco. "Ahora somos
menos de 50.000”.
La vida en un palacio veneciano
La
Unesco amenaza con incluir a Venecia en la lista roja de patrimonios de la
humanidad amenazadas. Lo entiendo. Por supuesto que no hay que dejar de visitarla.
Pero es necesario hacerlo de forma más flexible y más responsable. Eso nos
puede ahorrar dinero y permitirnos una mirada más auténtica del lugar. Y,
de paso, amortiguar los efectos indeseables del turismo de masas que no solo
los autóctonos odian.
DIEZ RAZONES PODEROSAS PARA VISITAR VENECIA
Destino turístico muy popular
Cada
año millones de turistas de todo el mundo llegan a Venecia en unos cruceros
gigantescos. Esto ha llevado a una disputa con los vecinos de la ciudad, que
consideran la presencia de estos barcos como un exceso. También hay
preocupación por el impacto ambiental que tienen estas embarcaciones, lo que ha
llevado a que se exija la construcción de puntos de atraque en otro lugar.
Autor: Eesha Kheny