Hay
películas que son algo más que unos minutos de entretenimiento en la pantalla.
Están siendo unos años complicados en muchos países donde ha resurgido con
fuerza los fantasmas del racismo, xenofobia, homofobia o fascismo.
La
trama del filme está basada en un hecho real, aunque con guion original (también
ha obtenido el Oscar) escrito por el propio Farrelly junto a Nick Vallelonga y Brian Hayes Currie,
que nos traslada a los Estados Unidos de la década de 1960 en el que la segregación racial todavía
estaba muy latente en el país y que está resurgiendo en los últimos años.
Son
innumerables las iniciativas y manifestaciones ciudadanas en contra del racismo
sistémico en EE.UU en las últimas décadas. Una reciente es la conocida #BlackLivesMatters (“Las vidas de
ciudadanos negros importan”) la cual inspiró a millones de personas en EE.UU. y en todo el
mundo a
ponerse de pie en contra de las injusticias y actos violentos cometidos
sistemáticamente contra este grupo.
Es
importante dar voz a todas estas historias y los autores de “Green Book” han
conseguido hacerlo de una forma magistral. Así lo ha reconocido la 91ª edición
de los Premios
Oscar, celebrado el pasado domingo 24 de febrero en el Dolby
Theatre de Los Ángeles. La cinta que se alzó con el premio de la Academia
a la Mejor
película ha sido ‘Green Book’, dirigida por Peter Farrelly y
protagonizada por Viggo
Mortensen y Mahershala
Ali (que además, se llevó la estatuilla al Mejor Actor de
Reparto).
____ ¿Qué
descubrirás en este post? ____
- Historia
real del músico de jazz Don Shirley
- ¿Por qué
era necesaria una Green Book para viajar?
- #BlackLivesMatter
- Otros
inspiradores discursos de los Premios Oscars
Historia real del músico de jazz Don Shirley
La
cinta nos explica la historia de un momento muy preciso en la vida del célebre músico de jazz Don Shirley,
quien para realizar una gira de conciertos por varios Estados contrató como
chofer y guardaespaldas a Tony
Vallelonga.
Por
su apellido, Vallelonga, habréis podido deducir que uno de los guionistas de la
película ha sido su propio hijo, quien ha llevado a la gran pantalla la
singular relación que vivieron el músico y su chofer durante la mencionada
gira.
En
dicho viaje, y con el fin de no correr ningún peligro, se valieron de una guía
conocida como ‘Green Book’, la cual fue realizada en 1936 por un cartero
afroamericano, llamado Víctor
Hugo Green, quien la creó para ayudar a que los viajeros negros
supieran dónde poder alojarse, comer o repostar gasolina durante sus viajes.
¿Por
qué era necesaria una Green Book para viajar?
Porque
en muchos locales, restaurantes, hoteles, gasolineras, cines, tiendas… de los
Estados Unidos, no eran “bienvenidos” las personas que no fueran de raza
blanca. Había una segregación racial tan grande, grave y peligrosa que los
viajeros necesitaban de estos consejos y guías para poder viajar con seguridad.
A
mediados de la década de 1930 la segregación
racial en Estados Unidos estaba en uno de los puntos más
álgidos. El país intentaba recuperarse de una crisis económica (conocida
popularmente como ‘Gran Depresión’) en la que millones de
ciudadanos se habían quedado sin empleo. Y como suele suceder, la
“aporofobia”
nos hace culpar a los más pobres, a los más indefensos y a los más discriminados
de las crisis provocadas por las élites económicas.
Hubo
muchos brotes de violencia racista al ver que algunos puestos de trabajo habían
sido ocupados por personas negras –mano
de obra barata-, por lo que un gran número de empresarios
preferían contratar a tres afroamericanos y a los que podía pagar el salario de
un blanco.
Esto
llevó a que algunas familias negras pudieran mejorar su posición económica y
llegaran a tener su primera casa en propiedad e incluso un automóvil (que en
aquellos años habían abaratado su precio al fabricarse en cadena).
Las
personas afroamericanas en sus días libres y vacaciones comenzaron a poder
viajar a lo largo y ancho del país pero se encontraron que en aquellos largos
trayectos debían hacer paradas para repostar gasolina, comer algo e incluso
hospedarse.
Pero
la inmensa mayoría de estaciones de servicio, restaurantes o moteles de carretera no
admitían servir o dar alojamiento a personas negras.
Esta
situación llevó a Víctor
Hugo Green, un cartero de color que trabajaba en Harlem (NY) a
crear una pequeña guía que tituló ‘El
libro verde del automovilista negro’ (The Negro Motorist Green Book)
y en la que indicaba aquellos lugares de la ciudad de Nueva York en los que las
personas negras eran bien recibidas y atendidas, con el propósito de que
aquellos viajeros que pasaran por allí no sintieran rechazo ni discriminación
alguna.
Green
se inspiró en un pequeño libro que poco antes se había publicado en el que se
indicaba qué lugares eran seguros para las personas judías (en un periodo en el
que éstas también se sintieron rechazadas por cierto sector de la población).
Víctor
Hugo hizo un juego de palabras con su apellido ‘Green’ (verde) para titular así
su guía, además de imprimirlo en hojas de ese color.
El
primer volumen del libro verde del automovilista negro se publicó en 1936,
convirtiéndose en un éxito rotundo que ayudó a centenares de afroamericanos que
por Nueva York pasaron en sus viajes y supieron dónde podrían alojarse, ir de
comprar, comer y en definitiva, ser atendidos amigablemente sin tener que vivir
ninguna situación embarazosa o violenta.
Gracias
a ese éxito el autor se planteó publicar una nueva guía que contase con lugares
de buena acogida en otras poblaciones estadounidenses.
Anualmente
y a lo largo de las siguientes tres décadas, miles fueron los ejemplares que se
vendieron (de cada edición) y en los que se incluían a más de 300 poblaciones
de Norteamérica (incluía Estados Unidos y Canadá) donde cualquier viajero negro
podría ser atendido.
Curiosamente
en cada ejemplar de la guía ponía la siguiente leyenda:
‘Habrá
un día en el futuro en el que esta guía no será publicada. Ese día los negros
tendremos los mismos derechos y privilegios en Estados Unidos’
En 1964
(cuatro años después de haber fallecido Víctor Hugo Green a los 68 años de
edad) se aprobó la Ley de Derechos Civiles por la que se prohibía la
discriminación racial en los lugares públicos. En 1966 se publicó la última
edición de la guía, la cual ya carecía de sentido ante la aprobación de la
mencionada ley.
Gracias
a la idea brillante de aquel humilde cartero de Harlem y su libro verde del
automovilista negro, miles de viajeros afroamericanos pudieron moverse a lo
largo y ancho de Norteamérica durante treinta años sin sufrir (en la inmensa
mayoría de casos) el rechazo racial.
#BlackLivesMatter
Muchos actores
y músicos afroamericanos (muchos de ellos, menores de edad) se están agrupando
para denunciar la discriminación en la industria del entretenimiento recordando
las palabras de Martin Luther King Frases: “No me preocupa tanto la gente
mala, sino el espantoso silencio
de la gente buena”
Este
debate coincide no sólo con la violencia policial y en las calles, sino en las
peligrosas declaraciones racistas y sexistas del candidato republicano a la
presidencia de los EE.UU, Donald Trump, sucesos que han reavivado el movimiento
#BlackLivesMatter (nacido en 2012 tras la
muerte de Trayvon Martin) y el movimiento #sayhername.
Aunque Charlottesville se convirtió el año
pasado enel foco de todas las alarmas, es solo
la punta de un peligroso iceberg. El odio organizado crece en
todo el país, legitimado por un presidente que habla de la discriminación como
parte de la “libertad de expresión”.
Hay
casi mil grupos de odio activo que están creciendo y organizándose actualmente
en Estados Unidos, según un informe de febrero de 2017 publicado por el Southern Poverty Law Center (SPLC).
SPLC
nos recuerda que se
tratan de grupos de odio organizado en torno a ciudadanos que albergan
“creencias o prácticas que atacan o enjuician a colectivos de personas“.
Estos grupos incluyen a los neonazis, los supremacistas blancos o los grupos
neoconfederados, entre otros. A pesar de que estos grupos habían disminuido
desde 2011, SPLC confirma que han aumentado
en los últimos dos años, es especial durante las elecciones presidenciales.
Y,
por si no fuera suficiente, recuerda: el propio presidente Donald Trump es
descendiente de abuelos
alemanes que fueron deportados y acogidos en Estados Unidos.
Otros inspiradores discursos de los Premios Oscars
“Gracias Queen por
dejarme ser una pequeña parte de su enorme legado, les estoy eternamente
agradecido. Si le hubieran dicho al pequeño Rami que esto iba a pasar, se
hubiera sorprendido muchísimo. Ese niño buscaba su identidad, estaba intentando
buscar su voz. Yo le hubiera dicho ‘hicimos una película sobre un inmigrante
gay que vivía su vida genuinamente, sin pedir disculpas’. Y esto demuestra que
queremos más historias como estas. Soy hijo de inmigrantes egipcios,
estadounidense de primera generación y mi historia se está escribiendo en este
momento”, expresó en su discurso comparando su situación y la de Freddie Mercury.
“A mi hermana, mi alma gemela, te quiero, mi
familia está aquí, los quiero papá y mamá, Bradley, no hay una sola persona en
el mundo que pudiera haber cantado esta canción conmigo como tú, gracias por
creer en nosotros, muchas gracias”, sostuvo entre lágrimas Lady Gaga.
“Y
si estás en casa y estás sentada en el sofá viendo esto ahora, todo lo que
tengo que decir es que es trabajo duro, he trabajado duro durante mucho tiempo,
esto no se trata de ganar, se trata de no rendirte, si tienes un sueño pelea
por él. Hay una disciplina para la pasión. No se trata de cuántas veces te
dicen que no ni cuántas veces te caes, se trata de cuántas veces te pones de
pie y eres valiente y sigues adelante. Gracias”.