Nuevos resultados obtenidos con la
ayuda del observatorio de rayos X Chandra de la NASA ayudaron a localizar parte de la materia perdida del
universo. Se trata de la materia 'normal' (diferente de la materia
oscura): hidrógeno, helio y otros elementos que
existían justo después del 'big bang' y luego se convirtieron en estrellas,
planetas, polvo cósmico y otros objetos que pueden ser observados por
telescopios.
Como algunos modelos teóricos
permiten estimar cuánta materia debería haber en el universo, surge el
problema de que en la masa sumada de toda la materia 'normal' del
universo actual falta alrededor de un tercio.
"Si encontramos esta masa
faltante, podemos resolver uno de los mayores enigmas de
la astrofísica. ¿Dónde escondió el universo tanta de su
materia, que forma cosas como las estrellas, los planetas y a nosotros?",
dijo Orsolya Kovacs, del centro de astrofísica Harvard-Smithsonian en
Cambridge, Massachusetts, autora principal del estudio, cuyos resultados fueron publicados en
Astrophysical Journal.
Una de las explicaciones consiste
en que la masa faltante se acumula en estructuras gigantes como hilos de gas
caliente (con temperaturas inferiores a 100.000 kelvin) y muy caliente (más de
100.000 kelvin) en el espacio intergaláctico. Estos filamentos son invisibles
para los telescopios ópticos, pero algunos de ellos pueden
detectarse en otros rangos.
Los astrónomos usaron el
telescopio orbital de rayos X Chandra para buscar y estudiar los filamentos de
gas caliente que se encuentran a lo largo del camino hacia un quásar, una
fuente brillante de rayos X alimentada por un agujero negro supermasivo de
rápido crecimiento, ubicado a 3.500 millones de años luz de la Tierra.
La señal de absorción de gas
caliente es muy débil y difícil de reconocer en el espectro de un quásar,
especialmente en el contexto de la interferencia. Pero los científicos han
superado el problema al centrar su búsqueda solo en ciertas partes del
espectro. Gracias a este método, los científicos identificaron 17
posibles filamentos entre el quásar y nosotros.
"Nos entusiasmó haber
podido rastrear parte de esta materia perdida. En el futuro, podemos aplicar
este mismo método a otros datos de cuásares para confirmar que este misterio de
larga data finalmente se ha resuelto", dijo Randall Smith,
coautor del estudio.