El
espárrago, ofrece todas sus bondades gastronómicas y nutricionales
Imagen- Stephanie Albert
·
Por EROSKI
CONSUMER - Ligeros, sabrosos, ricos en
fibra, potasio, vitamina A y ácido fólico, los
espárragos trigueros estrenan en marzo su temporada.
A partir de este mes, los encontraremos con frecuencia en el mercado, a buen
precio y con todas sus cualidades de color, textura y sabor. Este tiempo es el
mejor para prepararlos salteados
a la plancha, tan solo con un poco de aceite de oliva y sal,
para realzar su protagonismo, aunque también podemos emplearlos en otras recetas
muy prácticas y deliciosas, como las que mostramos a continuación.
1. Espárragos al horno,
¡gratinados!
La parte que puede parecer laboriosa en esta receta
es la salsa bechamel, en realidad es muy fácil de hacer. Si da pereza hacerla
casera, podemos comprarla hecha, aunque existen trucos para que quede una
bechamel perfecta y sin grumos, y no lleva mucho tiempo.
Si la hacemos, necesitaremos los siguientes ingredientes: medio
litro de leche de vaca desnatada, 20 g de mantequilla y 20 g de harina. Además,
para esta receta necesitamos: 500 g de espárragos verdes frescos, un diente de
ajo, 30 ml de aceite de oliva y 40 g de queso parmesano.
Imagen: molka |
Hacemos primero la salsa
bechamel. Derretimos la mantequilla en un cazo pequeño,
cuando esté bien caliente, agregamos la harina y revolvemos constantemente
hasta obtener una mezcla sin grumos. Añadimos poco a poco la leche caliente sin
dejar de revolver. Salpimentamos al gusto y, cuando la salsa esté espesa,
retiramos del fuego.
Ahora, los espárragos. Ponemos
el horno a calentar a 250 ºC. Mientras, calentamos también una cucharada de
aceite de oliva en una plancha o sartén. Añadimos el ajo picado y salteamos los
espárragos frescos hasta que se dore su superficie. Deben quedar medio
cocinados, con el interior al dente. Después, colocamos los espárragos
salteados ordenados en una fuente de horno, cuidado de no quemarnos. Vertemos
encima la salsa bechamel y agregamos el queso parmesano rallado. Introducimos
la bandeja en el horno, previamente calentado. En cuanto esté dorada la
superficie, sacamos los espárragos del horno y servimos calientes.
2. Revuelto de espárragos, con huevo y pimentón
Receta sana y fácil de hacer. Perfil nutricional
muy interesante, es ligera (idónea
para la cena). Necesitamos: 250
g de espárragos trigueros, tres huevos, una cebolleta fresca, dos dientes de
ajo, 15 ml de aceite de oliva, unos tallos de cebollino, pimentón y una pizca
de sal.
Limpiamos los espárragos, les quitamos la parte
inferior (la más leñosa) y troceamos el resto en bastoncillos de tamaño similar
(de unos tres centímetros de largo, más o menos). Hervimos agua con sal en un
cazo y sumergimos los bastoncillos durante un minuto, justo para que los
espárragos pierdan su dureza. Una vez blanqueados en el agua hirviendo, los
escurrimos bien y los echamos en una sartén caliente con aceite de oliva.
Agregamos los dientes de ajo y la cebolleta (todo bien picadito), subimos el
fuego y salteamos todo el conjunto. Mientras, batimos tres huevos en un bol y,
cuando las verduras estén rehogadas, añadimos los huevos revolviendo hasta que
cuajen. Servimos el plato caliente, recién cuajado, procurando que la mezcla
nos quede melosa, con un poco de pimentón y de cebollino recién cortado por
encima.
3. Crema de espárrago y calabacín
Las cremas de verduras no son solo platos de
invierno. En cualquier época podemos disfrutar de este tipo de recetas,
saludables, calentitas y ligeras. Si en otros momentos del año empleamos
hortalizas de temporada, como las calabazas, podemos utilizar ingredientes
como el espárrago y el calabacín.
Para esta crema, necesitamos: un
kilo de calabacín, 200 g de espárragos trigueros, 250 g de patata, 100 g de
cebolla, dos dientes de ajo, 15 ml de aceite de oliva, medio litro de agua (más
o menos) y una pizca de sal.
Primero, lavamos, pelamos y cortamos todas las
verduras. Cortamos el calabacín en rodajas, las patatas en trozos pequeños y la
parte verde de los espárragos en bastoncitos, separando las puntas para usarlas
como guarnición. También picamos la cebolla y los dientes de ajo. Después,
calentamos un par de cucharadas de aceite de oliva en una cazuela, salteamos la
cebolla y los dientes de ajo. Cuando comiencen a coger color, agregamos el
calabacín, las patatas y los espárragos verdes.
Rehogamos las verduras y vertemos agua, justo hasta
cubrir las verduras. Dejamos cocinar durante 50 minutos, probamos el punto de
sal y trituramos hasta conseguir una fina crema. Salteamos las puntitas de los
espárragos con unas gotas de aceite de oliva y una pizca de sal en una sartén
muy caliente y las servimos junto a la crema, como acompañamiento.