Hannover y Colonia
fueron las primeras en implantar este tipo de medidas. En 2008, ambas ciudades
comenzaron a aplicar la normativa de zonas ecológicas y viñetas, que
identifican la emisión de partículas de cada vehículo, limitando la circulación
de los más contaminantes para conservar la calidad del aire en los centros de
las ciudades.
Desde entonces, cada
vez más regiones y ciudades se unieron a la iniciativa que, al principio,
supuso trámites bastante costosos y, sobre todo, un enfado generalizado por
parte de los propietarios, cuyos automoviles perdían valor por no estar
equipados. Pero desde el punto de vista medioambiental, un estudio realizado
por la Universidad de Munster demuestra que el modelo mereció la pena.