No lo decimos nosotros, la Universidad de Kingston acaba de
sonarle una buena bofetada a la gente con hábitos rigurosos de limpieza, pues
según uno de sus estudios tender la cama al levantarnos crea todo un hábitat
para ciertos arácnidos que aman nadar en la humedad de nuestra sudoración
nocturna.
Según Stephen Pretlove, uno de los autores de este estudio
realizado en Londres, en una cama habitan, y así suene a comercial de
colchones, 1.5 millones de ácaros, seres de aproximadamente un milímetro y
medio de largo que tienen como hobbie cagar sin parar en donde dormimos.