Miles de personas, en su mayoría afganos, sirios y africanos
cruzan a diario desde Grecia hacia Macedonia para transitar por los Balcanes
rumbo al norte de Europa. Pero la mayoría son devueltos por la Policía
fronteriza macedonia, o en algunos casos el viaje termina trágicamente.
En abril pasado, en territorio macedonio, un tren atropelló
a un grupo de inmigrantes que se movilizaba de noche por las vías del tren por
temor a ser descubiertos por la policía. "En ese accidente murieron 14
personas. En el grupo había unas 32 personas, ocho de ellas están ahora aquí
(en un centro de inmigrantes)", comentó a RT Armin, un adolescente iraní
de 12 años que lleva meses viajando para llegar hasta Europa.
Al igual que aquellos que intentan cruzar el mar
Mediterráneo para llegar a Europa, un creciente número de migrantes que huyen
de la guerra y la pobreza en África y Oriente Medio, están usando una ruta
terrestre a través de Grecia, Macedonia y Serbia.
Sin embargo, los Gobiernos de los países que se encuentran
en esta ruta de los Balcanes a veces cierran los ojos ante esta situación, o
piden ayuda a la Unión Europea para hacer frente a esta crisis migratoria que
se agudiza cada vez más.
"Ningún país, ni Grecia, ni Macedonia, ni Serbia pueden
luchar con este problema porque les costaría una fortuna. No es de su interés
detenerlos, porque entonces los deberían cuidar, llevar a un centro de acogida,
alimentar. Lo que hacen es detener a algunos, el resto los dejan pasar o los
deportan al último país del que llegaron", asegura el periodista Goran
Adamovski.