La universidad politécnica de la ciudad siberiana de Tomsk
ha puesto en marcha un programa internacional de estudio de las posibles
consecuencias de la fusión de los glaciares del Ártico. Expertos de Rusia,
EE.UU., Suecia, Países Bajos, Gran Bretaña y otros países han unido esfuerzos
para estudiar el problema y prevenir la catástrofe que entrañaría la emisión de
unos quinientos campos de metano que se encuentran bajo los espesos hielos
glaciales.
actualidad.rt - De acuerdo con los científicos, en el peor
de los escenarios, la humanidad se enfrentaría una catástrofe global para
paliar sus consecuencias, que requeriría la suma de los presupuestos de todos
los países del planeta.
Si esto sucede,
el Protocolo de Kioto
parecería
un escenario
demasiado optimista.
El año pasado fueron organizadas dos expediciones
internacionales al Ártico para estudiar a fondo el efecto de la degradación del
'permafrost' bajo el agua sobre el clima del planeta en el mar de Láptev y en
el Océano Ártico. En esta última expedición, a bordo del rompehielos de
investigación Oden, participaron 80 expertos de 15 universidades del mundo.
"A profundidades de 60 a 100 metros fueron detectadas
enormes emisiones de metano. En estas aéreas el 'permafrost' se encuentra en
contacto con agua tibia del fondo durante aproximadamente 9.000-10.000 años, lo
que es suficiente para que el agua se descongele. [...] En total, durante
nuestra última expedición en Oden pudimos hallar unos 500 campos anómalos de
expulsiones de metano", contó al diario ruso 'Rossiskaya Gazeta' el
científico ruso Igor Semiletov, uno de los participantes de la expedición.
Es decir, el derretimiento de los glaciares conlleva la
liberación a la atmósfera del metano que se encuentra en las profundidades del
Ártico, y este gas no expulsado puede afectar de forma impredecible a la
ecología de la Tierra. Los científicos involucrados en el programa contemplan
cuatro opciones: desde la más suave a la extremadamente terrible, la que los
investigadores tachan de 'catastrófica'. De acuerdo con esta última previsión,
la concentración de las emisiones de metano se incrementará en varias veces.
"Si esto sucede, el Protocolo de Kioto parecería un escenario demasiado
optimista", aseguró Semiletov.
El científico señaló que los investigadores de Países Bajos
han estudiado el escenario 'catastrófico' mediante un modelo económico,
llegando a la conclusión de que la lucha contra las consecuencias de una
catástrofe semejante requerirá unos 70 billones de dólares. "Este es el
presupuesto de todas las economías del mundo", dijo el explorador ruso. "El
clima no tiene fronteras nacionales. Todos lo pasarán mal", recalcó.