A pesar de que en los últimos años la ciencia ha avanzado
para visualizar un Marte habitable, se estima que para la creación de oxígeno
respirable se necesitarían cientos y cientos de miles de años, sin mencionar la
toxicidad actual para los astronautas y la dificultad de los viajes.
El portal Hopes & Fears ha dialogado con el científico
de la NASA Christopher McKay para averiguar por qué no se plantea la idea de
realizar lo mismo en la Tierra y reverdecer los desiertos que se vuelven cada
vez más inhóspitos.
"Es posible hacer cambios climáticos regionales, pero
es muy difícil hacerlo sin afectar otras regiones", advierte McKay. "En principio, se podría cambiar el
clima en la Tierra de modo que el Sahara deje de ser un desierto, pero al
hacerlo, seguramente se cambiaría el clima en otra zona", añade.
"Nadie apoyaría un programa que pretenda convertir el Sahara en una selva
tropical debido a los efectos secundarios que podría causar en el clima del
resto de la Tierra", explica el científico.
McKey explica las diferencias que existen entre Marte y la
Tierra, haciendo una comparación entre "los humanos en la Tierra y un
elefante en una tienda de porcelana". "Hagamos
lo que hagamos, siempre rompemos algo. Pero en Marte, somos como un
elefante en un campo vacío. Cualquier cosa que haga el elefante es
positiva", explica el científico.
Al mismo tiempo, McKey opina que sí es posible mitigar el cambio climático y frenar la destrucción del
hábitat y de las especies, en parte, gracias a la geoingeniería. Sus dos
escenarios más eficaces para la Tierra, en opinión de McKay, serían fertilizar
los océanos con hierro y añadir aerosoles en la atmósfera. "Finalmente,
tendremos que aprender cómo realizar la geoingeniería. A largo plazo, no es una
opción, sino una obligación", concluye el científico.