La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de relacionar el elevado consumo de carnes rojas y procesadas con el riesgo de cáncer.
EROSKI CONSUMER. - Por JULIO BASULTO. Pero la propia entidad matiza esta cuestión para evitar alarmismos injustificados.
La OMS hizo pública su valoración el pasado 26 de octubre de 2015 mediante un comunicado de prensa que remite a una publicación recogida en la revista The Lancet Oncology. A su vez, difundió un documento con preguntas y respuestas ligadas a este asunto.
El presente artículo aborda las principales dudas sobre el tema, analiza el mensaje de la OMS, explica qué son las carnes rojas y procesadas y cuál es la frecuencia de consumo recomendada.
¿Qué dice de verdad la OMS sobre las carnes rojas y procesadas?
Un grupo de trabajo formado por 22 expertos de 10 países y convocados por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) acaba de evaluar de forma exhaustiva la literatura científica disponible sobre la relación entre carnes rojas y procesadas y el riesgo de cáncer.
Tras ello, la OMS ha decidido clasificar el consumo de carne roja como "probablemente carcinógeno para los humanos", dada su probable asociación con el cáncer colorrectal, pero también con el cáncer de páncreas y el cáncer de próstata.
La carne procesada, por su parte, se ha clasificado como "carcinógena para los humanos", dado que existen suficientes evidencias científicas de que su consumo se relaciona con el cáncer colorrectal. Para la OMS, cada porción diaria de 50 gramos de carne procesada incrementa el riesgo de padecer cáncer colorrectal en un 18%, aunque puntualiza que "para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por su consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero este riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida". Es un mensaje tranquilizador, pero no debemos olvidar que "el impacto global sobre la incidencia del cáncer es de importancia para la salud pública", de nuevo según la OMS.
¿Qué son carnes rojas, qué son carnes procesadas?
La OMS ha publicado un documento que recoge preguntas y respuestas en relación con su postura sobre carnes rojas y procesadas. En él se lee que se considera carne roja a "toda la carne muscular de los mamíferos, incluyendo carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo y cabra".
Por su parte, la carne procesada hace referencia a aquella "que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación". La mayoría de las carnes procesadas se elaboran, según la OMS, con carne de cerdo o carne de res, aunque también pueden contener "otras carnes rojas, aves, menudencias o subproductos cárnicos, tales como la sangre". Entre las carnes procesadas están las salchichas de cualquier tipo, el jamón, la carne en conserva, la cecina o carne seca y las preparaciones y salsas a base de carne.
¿Cuál es la frecuencia de consumo recomendada?
Si bien la OMS no detalla cifras exactas de consumos recomendados de diferentes carnes, sí disponemos de las consideraciones del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer. Para esta entidad, la media poblacional no debería tomar cada semana más de 300 gramos semanales de carne roja.
La OMS tampoco fija el límite de carne procesada que se debería comer, aunque existen estudios cuyos autores apuntan que no debería superar los 20 gramos diarios. Es el caso de la investigación publicada en marzo de 2013 en la revista BMC Medicine, que indicó que si los europeos tomaran menos de 20 gramos diarios de carnes procesadas, la mortalidad poblacional podría disminuir en un 3,3%. En todo caso, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer considera que lo idóneo es evitar en el día a día el consumo de derivados cárnicos.
Mensajes alarmistas
Pese a que la OMS insiste en que el riesgo individual de desarrollar cáncer por consumir carnes rojas o procesadas es bajo, numerosos medios de comunicación han emitido mensajes alarmistas sobre esta cuestión, con titulares que no se basan, en absoluto, en datos rigurosos. La información contenida en sus artículos, a su vez, no se ha cotejado con profesionales independientes de la nutrición y la salud. El alarmismo suele ser, por desgracia, contraproducente, dado que buena parte de la población se ve sumida en el desconcierto ("todo produce cáncer", "todo es malo para la salud"), puede desoír los mensajes sanitarios fiables o, incluso, llega a responder con argumentos como "de algo hay que morir", en vez de cambiar sus hábitos de salud.
Es preciso que exista una mayor formación especializada de los periodistas para interpretar las evidencias científicas. Así, en este caso, resulta imprescindible señalar que pese a que las carnes procesadas están en el mismo grupo que el tabaco, eso no significa que su papel en la promoción del cáncer sea el mismo.
Por ello, el periodista especializado en salud Pablo Linde insistió en su cuenta de Twitter que si bien la carne procesada incrementa el riesgo de cáncer en un 18%, el tabaco lo hace en un 1.500%.
Y la propia OMS apunta que mientras que se atribuyen unas 34.000 muertes anuales por cáncer a las dietas ricas en carne procesada, y unas 50.000 a las dietas ricas en carnes rojas, el tabaco causa cada año cerca de un millón de fallecimientos, el alcohol 600.000 y la contaminación del aire más de 200.000.
¿Por qué este riesgo?
Se sabe que el riesgo existe, aunque no está claro qué lo causa. Así, pese a que hay varios componentes en las carnes rojas y procesadas que pueden justificar su papel en el riesgo de cáncer (como el hierro hemo, compuestos N-nitroso, hidrocarburos aromáticos policíclicos o aminas aromáticas heterocíclicas), la OMS detalla que "todavía no se comprende completamente cómo se incrementa el riesgo de cáncer por la carne roja o la carne procesada".
Un grupo de trabajo formado por 22 expertos de 10 países y convocados por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) acaba de evaluar de forma exhaustiva la literatura científica disponible sobre la relación entre carnes rojas y procesadas y el riesgo de cáncer.
Tras ello, la OMS ha decidido clasificar el consumo de carne roja como "probablemente carcinógeno para los humanos", dada su probable asociación con el cáncer colorrectal, pero también con el cáncer de páncreas y el cáncer de próstata.
La carne procesada, por su parte, se ha clasificado como "carcinógena para los humanos", dado que existen suficientes evidencias científicas de que su consumo se relaciona con el cáncer colorrectal. Para la OMS, cada porción diaria de 50 gramos de carne procesada incrementa el riesgo de padecer cáncer colorrectal en un 18%, aunque puntualiza que "para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por su consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero este riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida". Es un mensaje tranquilizador, pero no debemos olvidar que "el impacto global sobre la incidencia del cáncer es de importancia para la salud pública", de nuevo según la OMS.
¿Qué son carnes rojas, qué son carnes procesadas?
La OMS ha publicado un documento que recoge preguntas y respuestas en relación con su postura sobre carnes rojas y procesadas. En él se lee que se considera carne roja a "toda la carne muscular de los mamíferos, incluyendo carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo y cabra".
Por su parte, la carne procesada hace referencia a aquella "que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación". La mayoría de las carnes procesadas se elaboran, según la OMS, con carne de cerdo o carne de res, aunque también pueden contener "otras carnes rojas, aves, menudencias o subproductos cárnicos, tales como la sangre". Entre las carnes procesadas están las salchichas de cualquier tipo, el jamón, la carne en conserva, la cecina o carne seca y las preparaciones y salsas a base de carne.
¿Cuál es la frecuencia de consumo recomendada?
Si bien la OMS no detalla cifras exactas de consumos recomendados de diferentes carnes, sí disponemos de las consideraciones del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer. Para esta entidad, la media poblacional no debería tomar cada semana más de 300 gramos semanales de carne roja.
La OMS tampoco fija el límite de carne procesada que se debería comer, aunque existen estudios cuyos autores apuntan que no debería superar los 20 gramos diarios. Es el caso de la investigación publicada en marzo de 2013 en la revista BMC Medicine, que indicó que si los europeos tomaran menos de 20 gramos diarios de carnes procesadas, la mortalidad poblacional podría disminuir en un 3,3%. En todo caso, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer considera que lo idóneo es evitar en el día a día el consumo de derivados cárnicos.
Mensajes alarmistas
Pese a que la OMS insiste en que el riesgo individual de desarrollar cáncer por consumir carnes rojas o procesadas es bajo, numerosos medios de comunicación han emitido mensajes alarmistas sobre esta cuestión, con titulares que no se basan, en absoluto, en datos rigurosos. La información contenida en sus artículos, a su vez, no se ha cotejado con profesionales independientes de la nutrición y la salud. El alarmismo suele ser, por desgracia, contraproducente, dado que buena parte de la población se ve sumida en el desconcierto ("todo produce cáncer", "todo es malo para la salud"), puede desoír los mensajes sanitarios fiables o, incluso, llega a responder con argumentos como "de algo hay que morir", en vez de cambiar sus hábitos de salud.
Es preciso que exista una mayor formación especializada de los periodistas para interpretar las evidencias científicas. Así, en este caso, resulta imprescindible señalar que pese a que las carnes procesadas están en el mismo grupo que el tabaco, eso no significa que su papel en la promoción del cáncer sea el mismo.
Por ello, el periodista especializado en salud Pablo Linde insistió en su cuenta de Twitter que si bien la carne procesada incrementa el riesgo de cáncer en un 18%, el tabaco lo hace en un 1.500%.
Y la propia OMS apunta que mientras que se atribuyen unas 34.000 muertes anuales por cáncer a las dietas ricas en carne procesada, y unas 50.000 a las dietas ricas en carnes rojas, el tabaco causa cada año cerca de un millón de fallecimientos, el alcohol 600.000 y la contaminación del aire más de 200.000.
¿Por qué este riesgo?
Se sabe que el riesgo existe, aunque no está claro qué lo causa. Así, pese a que hay varios componentes en las carnes rojas y procesadas que pueden justificar su papel en el riesgo de cáncer (como el hierro hemo, compuestos N-nitroso, hidrocarburos aromáticos policíclicos o aminas aromáticas heterocíclicas), la OMS detalla que "todavía no se comprende completamente cómo se incrementa el riesgo de cáncer por la carne roja o la carne procesada".