Amnistía Internacional denuncia en su plataforma que las autoridades turcas están deteniendo y presionando a los refugiados para que regresen a las zonas de conflicto de las que huyen. Asimismo, denuncia que "la Unión Europea corre el riesgo de convertirse en cómplice de violaciones de los derechos humanos hacia los solicitantes de asilo".
actualidad.rt - En un informe de la ONG titulado Europe’s Gatekeeper se revela que desde el pasado mes de septiembre (y paralelamente durante los diálogos llevados a cabo entre la UE y Turquía sobre refugiados) "las autoridades turcas están deteniendo a decenas -y posiblemente cientos- de refugiados".
Los solicitantes de asilo son llevados a centros de detención situados a más de 1.000 kilómetros, donde son recluidos y permanecen incomunicados. "Algunos han denunciado que estuvieron varios días encadenados, que los golpearon y los devolvieron a los países de los que habían huido", denuncia Amnistía.
"Al emplear a Turquía como portero de Europa en la crisis de refugiados, la UE corre el riesgo de ignorar y de fomentar violaciones graves de derechos humanos", sostienen en su plataforma. Asimismo, sugieren que "la cooperación en materia de migración entre la UE y Turquía debe cesar hasta que se investiguen estas violaciones y se les ponga fin".
Después de que la UE y Turquía firmaran un plan de acción en noviembre para hacer frente a la crisis de refugiados, se designó una ayuda de 3.000 millones de euros de apoyo a ese país para mejorar la situación humanitaria de los solicitantes de asilo y reforzar la cooperación en las fronteras controlando los flujos migratorios hacia la UE.
Según Amnistía, "la UE está permitiendo que se utilicen sus fondos para equipos e infraestructuras en centros en los que se presiona ilegítimamente a las personas refugiadas para que regresen a países como Siria e Irak". Para ellos supone "un escándalo que se esté usando dinero de la UE para financiar un programa de detenciones y devoluciones ilegítimas", sostienen.
La ONG ha documentado casos de abusos físicos en los centros de detención en Turquía entre los numerosos relatos de víctimas sometidas a malos tratos. Un hombre de 40 años de origen sirio denunció que lo habían encerrado siete días en una habitación, donde permaneció encadenado de manos y pies. "Cuando te ponen una cadena en las manos y las piernas te sientes como un esclavo, como si no fueras un ser humano", relató al equipo de investigación de Amnistía Internacional.
