El presidente de Ecuador, Rafael Correa, destacó este miércoles que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) debe reemplazar a mediano plazo a la Organización de Estados Americanos (OEA), un organismo “que jamás funcionó adecuadamente, pero que es más anacrónico que nunca”.
“Necesitamos un organismo latinoamericano y caribeño capaz de defender los intereses soberanos de sus miembros; la OEA nos alejó de ese propósito reiteradamente”, denunció el mandatario ecuatoriano, durante la sesión inaugural de la IV Cumbre de la CELAC en Quito, Ecuador.
Se trata de desarrollar y potenciar el papel como bloque de la región, según explicó Correa, quien además precisó que éste sería el más importante punto, de los cinco ejes de trabajo que se plantea América Latina y el Caribe para los próximos años, en aras de combatir la pobreza.
Para el jefe de Estado de Ecuador, quien ostenta la presidencia pro témpora de la CELAC, y que entregará este año a República Dominicana, este organismo debe ser el indicado para discutir los asuntos de la parte sur del continente, mientras que la OEA debería convertirse en el ente de los problemas del norte, pues “las Américas al norte y al sur del Río Bravo son diferentes”.
Correa cuestionó que la sede del organismo, que actualmente es utilizado para atender los asuntos del continente, esté ubicada en Washington, capital Estados Unidos, país del “criminal bloqueo contra Cuba”.
Sentenció que para resolver esta situación es necesario “un nuevo sistema interamericano”, en el que la CELAC y la OEA procesen las coincidencias y conflictos entre el norte y el sur del continente.
El mandatario criticó que estas instancias sean utilizadas por países hegemónicos para controlar al resto de las naciones. “Pagan para controlar a los demás, para controlar a los otros, eso solo tiene un nombre: neocolonialismo; y es inaceptable en nuestra América del siglo XXI”. En este sentido, advirtió que los países de la región están controlados por Organizaciones No Gubernamentales que se involucran en asuntos políticos, “pero sin responsabilidad política, lo cual es mortal para la democracia”.
“Todo está listo para el nuevo sistema”, aseveró Correa.
Por otro lado, el mandatario también explicó los otros ejes de trabajo que prioriza la región para los próximos años.
Atacar el mal mercado laboral y la explotación.
Entre estos fundamentos, Correa enfatizó que los países de la región deben gobernar contra el mal mercado laboral, para reducir el sacrificio de los trabajadores en el capitalismo, evitar la competencia y fomentar la igualdad.
Destacó la necesidad de crear políticas para disminuir la pobreza: “El desafío de los pueblos ancestrales es superar la pobreza, sin perder su identidad”, destacó. Para ello, apuntó, deberán realizar una adecuada distribución de tributos, “quien más tiene, más paga”. Además, señaló el presidente ecuatoriano, estos ingresos deben servir para propiciar la igualdad a través del gasto público.
Insistió en que se debe evitar que las personas se conviertan en mercancías. Pidió a las naciones de la región gobernar los mercados en función de los objetivos sociales y no convertirse únicamente en sociedades de mercados.
El presidente Correa celebró que la región sea considerada zona de paz, sin embargo, aseguró que la paz no es solo ausencia de guerra, sino presencia de justicia, de dignidad y de oportunidades para todos.
Por eso, destacó que la respuesta a la iniquidad debe ser contundente, sin esperar por una mano invisible que resuelva los problemas. “En la búsqueda de la justicia se requiere la voluntad explicita de las sociedades”, enfatizó.
Socializar el conocimiento.
Para el mandatario, la región debe crear un plan de acción para fortalecer la educación, la ciencia y la tecnología. Calificó como urgente acortar la brecha del conocimiento, para lo que instó a colocar en los próximos años al menos 12 universidades de la región, entre las 200 mejores del mundo.
Asimismo, llamó a duplicar la inversión del Producto Interior Bruto (PIB) en investigación y desarrollo e impulsar un tratado mundial que permita el acceso al conocimiento crítico en América Latina y el Caribe.
En torno a este asunto, destacó que con la socialización del conocimiento no se confisca a los inventores, pues la ciencia y la tecnología no tienen rivalidad en el consumo; “mientras más la utilicen, mejor para todos”, resaltó.
Sobre el medio ambiente y el cambio climático
Generar un conceso para la protección del medio ambiente y combatir el cambio climático es otro de los ejes de trabajo de la comunidad.
Con relación a este punto, el mandatario ecuatoriano aseguró que el Acuerdo de París no garantiza una meta específica y clara de reducción de la contaminación global, ni los recursos económicos ni tecnológicos para los objetivos ambientales. Sin embargo, aseguró que "frente a la nada, lo poco parece mucho" y este acuerdo mundial debe entenderse como el inicio de un régimen de justicia ambiental.
Señaló que deben establecerse los organismos que permitan sancionar para proteger los derechos de la naturaleza.
"Nada justifica que tengamos tribunales para proteger inversiones, pero no para proteger la naturaleza" , criticó y afirmó que se trata de una "perversa lógica" que privatiza los beneficios y socializa las pérdidas".
En tanto, advirtió que no se trata de caer en "infantilismo", pues es posible aprovechar los recursos naturales de la región de forma adecuada, para potenciar el desarrollo con soberanía.
Reestructuración del sistema de financiamiento externo
El cuarto eje de trabajo de la CELAC tiene que ver con las gestiones para el financiamiento del desarrollo con énfasis en la infrastructura y la conectividad, explicó.
El mandatario apuntó que la región requiere invertir en infraestructura el 6,2 por ciento del PIB regional, sin embargo, el último decenio solo se invirtió el 2,7 por ciento, es decir, menos de la mitad.
Destacó que América Latina y el Caribe como región en vía de desarrollo debe superar el tema de la inversión externa, pues demasiada inversión "genera en corto plazo un déficit externo. Es la trampa del subdesarrollo que debemos superar. No podemos invertir porque no tenemos productividad y no tenemos productividad porque no poder invertir", sentenció.
Correa criticó que mientras la región "tiene depositado un billón de dólares de nuestros recursos en el primer mundo, seguimos dependiendo de créditos externos, inversiones extrajeras y de cooperación sin ningún impacto estructural".
Aseguró que desde la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) trabajan desde hace años para crear una nueva arquitectura financiera regional, con un banco de desarrollo, un fondo común de reservas y un sistema de compensaciones para el comercio internacional.
El mandatario señaló que es necesaria una adecuada inversión extranjera dentro de una relación justa y equilibrada que posibilite el respeto mutuo". Para ello, abogó por el surgimiento de un árbitro regional, que evite los actuales en los que “todo esta en función del capital y no de nuestro pueblos”.