Imagen ilustrativa- Pexels - George Becker
El agua envasada en botellas de plástico no es
tan pura como la suelen presentar en los anuncios, según ha revelado un
nuevo estudio que ha analizado 259 botellas de agua
que se comercializan en nueve países distintos.
El estudio, realizado por Orb Media, una
organización periodística sin ánimo de lucro con sede en EE.UU., ha descubierto
que el agua de un 93% de las botellas analizadas
contenía algún tipo de microplástico,
entre ellos polipropileno, poliestireno, nailon y tereftalato de polietileno.
Es muy difícil conseguir que la gente se
preocupe por las cosas que no puede ver
Entre las 11
marcas analizadas están Nestlé Pure Life, Aquafina,
Dasani, Evian, San Pellegrino y Gerolsteiner, además de otras marcas
nacionales importantes de Asia, África, Europa y las Américas.
Las botellas estudiadas fueron adquiridas
en EE.UU., Kenia, China, Brasil, la India, Indonesia, el Líbano, México y
Tailandia.
De promedio, Orb Media detectó en cada litro de agua10,4 partículas de plástico de 100
micrones de tamaño o mayores.
Esta concentración dobla la cantidad de microplásticos contenidos
por el agua del grifo analizada en otro estudio internacional de la misma
organización en 2017.
UNAM- El agua embotellada representa un riesgo para la salud |
También se han descubierto partículas más
pequeñas, que estaban presentes en el agua en una proporción de 314 por litro de
media. Aunque algunos expertos creen que también se trata de plásticos, estas
partículas no han podido ser identificadas de
manera definitiva.
Todavía no se sabe con exactitud los efectos
que tienen los microplásticos sobre la salud
humana, ni tampoco existe un nivel de consumo seguro,
reporta CBC. La Autoridad Europea de Seguridad
Alimentaria sugiere que la mayor parte de los microplásticos son excretados del
cuerpo. No obstante, la Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación ha expresado preocupación por la posibilidad
de que algunas partículas fueran lo suficientemente pequeñas para entrar en el torrente sanguíneoy
los órganos.
Tampoco está claro el origen del plástico detectado.
Los científicos ignoran si ya estaba presente en el líquido o si el agua
resultó contaminada durante el proceso de producción y embotellamiento.
La catedrática Sherri Mason, autora principal
del estudio, ha señalado que, en el caso del agua, los consumidores pueden
decidir no comprarla embotellada, pero alerta de que en el caso de otros
productos muy a menudo no existen
alternativas, ya que se venden únicamente envueltos en
plástico. "Es manejable, ligero, cómodo y barato: eso hace que sea muy
conveniente", ha dicho Mason. "Es muy difícil hacer que la gente
se preocupe por las cosas que no puede ver", ha lamentado la científica.