La
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático fue adoptada en
1992 en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro. Esta
Convención es el marco general que debe concretarse en instrumentos que fijen
los límites de emisiones y cómo se concreta esta cooperación internacional.
Desilusión ambientalista al finalizar la Cop 24
Los acuerdos de
los estados participantes no establecieron metas ambiciosas. Greenpeace insta a
los gobiernos a que intensifiquen sus acciones de inmediato en consonancia con
los datos recientes del informe del IPCC, el máximo organismo de la ONU sobre
ciencia climática.
Polonia, diciembre de 2018 - Sólo dos meses después de la publicación del informe del Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC), integrado por los máximos especialistas en clima de Naciones Unidas, que advierte que quedan doce años para salvar el futuro del planeta y no superar 1,5ºC la temperatura global, la Cumbre Internacional del clima (COP24) finalizó sin ninguna promesa clara de intensificar la acción climática y sólo se lograron avances parciales en cuestiones de procedimiento.
“La ambición
climática no significa otra cosa que ser coherentes entre lo que la ciencia
demostró necesario y las políticas domésticas de los países, principalmente
en materia de energía y deforestación", dijo Mauro Fernández, coordinador
de Clima y Energía de Greenpeace en Argentina, Chile y Colombia. "Cuando
el cambio climático se convirtió en una cuestión de supervivencia para millones
y en la principal amenaza para la economía global, no hay excusas para quemar
un fósil más, o para desmontar un árbol más.”
A pesar de las
expectativas que había en esta Cumbre, y aun habiéndose aprobado el libro de
reglas para la implementación del Acuerdo de París, no se llegó a un
compromiso colectivo claro para mejorar los objetivos específicos en cuanto
a la acción climática, en relación a las Contribuciones Determinadas a Nivel
Nacional (NDCs).
Según la
Directora Ejecutiva de Greenpeace International, Jennifer Morgan, "Un
año de desastres climáticos y una terrible advertencia de los mejores
científicos del mundo debería haber conducido a mucho más aquí en Katowice. En
vez de eso, los gobiernos han defraudado al mundo otra vez. Han ignorado la
ciencia y, al hacerlo, han ignorado la difícil situación de las personas
vulnerables. Reconocer la urgencia de una mayor ambición y adoptar un conjunto
de normas para la acción climática no es suficiente cuando naciones enteras se
enfrentan a la extinción.
Sin una acción inmediata, ni siquiera las normas más estrictas nos llevarán a ninguna parte. La gente esperaba acción y eso es lo que los gobiernos no lograron. Esto es moralmente inaceptable y ahora deben llevarse consigo la indignación de la gente y volver a la cumbre del Secretario General de la ONU en 2019, con unos objetivos de acción climática más ambiciosos"
Sin una acción inmediata, ni siquiera las normas más estrictas nos llevarán a ninguna parte. La gente esperaba acción y eso es lo que los gobiernos no lograron. Esto es moralmente inaceptable y ahora deben llevarse consigo la indignación de la gente y volver a la cumbre del Secretario General de la ONU en 2019, con unos objetivos de acción climática más ambiciosos"
Greenpeace
insta a los gobiernos a que intensifiquen sus acciones de inmediato y
demuestren que han escuchado las demandas de los pueblos de todo el
mundo. La inclusión del informe del IPCC en el resultado de la COP24
debería ser ese llamamiento a la acción, una acción que se ajuste al ritmo y la
escala de la amenaza.
Si París fijó
el destino, el nuevo libro de reglas es la hoja de ruta para llegar, con
reglamentación y normas comunes vinculantes para la transparencia y la
revisión. Estas normas garantizan una mejor comparación para medir la acción climática
y tiene en cuenta las preocupaciones de los países vulnerables. Llegar a
este libro de reglas ha sido todo un reto y demuestra la determinación de las
principales economías emergentes de aumentar esfuerzos. Además, proporciona
un fuerte apoyo al multilateralismo, mostrando que, a pesar de la turbulenta
geopolítica, todavía es posible contar con normas sólidas. Estas reglas ahora
proporcionan una columna vertebral al Acuerdo de París y aseguran que los
países, con el tiempo, asuman mayores responsabilidades y rindan cuentas.
"Seguimos
siendo testigos de una división irresponsable entre los estados vulnerables
y los que bloquean o ralentizan la acción climática. La gente está
indignada por esta injusticia y está tomando medidas para defender sus hogares
y presionando a sus líderes para que actúen. Estas personas son la esperanza de
nuestra generación y los gobiernos deben finalmente estar con todas ellas,
dando razones para la esperanza" concluyó Morgan.