Hay
ciertos tipos de queso que sí admiten la congelación, aunque pueden
perder parte de sus propiedades
EROSKI
CONSUMER - Por MARTA
CHAVARRÍAS.-
En el debate sobre si los quesos se pueden congelar o
no, algunos consideran que es una barbaridad y otros, que se pueden
congelar sin que pierdan propiedades.
La congelación tiene claras
ventajas, como que prolonga la vida útil de los productos, ya que
disminuye o inactiva la proliferación de microorganismos, y prevé
enfermedades transmitidas por los alimentos, además de que reduce el
desperdicio de comida.
Si bien la mayoría de los alimentos se pueden
congelar, el modo de hacerlo varía en función de sus
características y propiedades.
Es lo que le pasa al queso que, en
función de la clase y tipología, deberán tenerse en cuenta
distintas consideraciones. El artículo explica qué tipos de quesos
admiten mejor la congelación y cuáles no y qué otras formas hay de
conservar los quesos.
La
congelación es un sistema de conservación de alimentos que consiste
en aplicarles temperaturas por debajo de los 0 ºC, de forma que
parte del agua que contienen se convierte en hielo.
Cuanto más baja
es la temperatura, menos idóneas son las condiciones en las que se
multiplican los microorganismos, de manera que el producto casi no se
altera.
Al solidificarse el agua, se produce una desecación del
alimento y, por tanto, se mejora la conservación.
La temperatura de
elección es de -18 ºC, nivel en el que la proliferación de
bacterias es casi imposible. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que
la temperatura de congelación no destruye los microorganismos, sino
que detiene su crecimiento y desarrollo.
Aunque algunos
microorganismos patógenos puedan morir durante la congelación,
otros pueden reanudar la actividad tan pronto como aumenta la
temperatura.
Tras
la refrigeración, la congelación es el tratamiento que menos
modificaciones produce en los alimentos, ya que
al descongelarse conservan
las propiedades de los productos crudos.
Hace poco, los expertos de
la Agencia de Alimentos británica (FSA)
aseguraban que "se puede congelar casi todo".
Carne,
pescado, verduras o frutas son algunos de los alimentos que más se
congelan.
Pero hay
otros productos que es mejor no congelar, porque pierden gran parte
de su textura original.
Es el caso de los quesos que, si bien sí admiten la congelación,
algunas formas es preferible no congelarlas.
Los
quesos y la congelación
Aunque
hay opiniones divergentes sobre si congelar o no el queso, ciertos
tipos sí pueden congelarse para que no se estropeen, siempre y
cuando se tenga en cuenta que al congelarlos puede perderse parte del
aroma y sabor original.
Pero desde el punto de vista de la seguridad
alimentaria no hay problema.
Aun así, en la congelación de los
quesos deben atenderse dos premisas: la
cantidad de agua y la cantidad de grasa.
Algunos tipos de queso sí pueden congelarse
aunque pierden parte del aroma y sabor originales
Los
quesos muy
cremosos,
con un elevado contenido de grasa y agua, pierden textura al
separarse los componentes, que se produce durante la congelación.
Los curados son
mucho más secos, es decir, tienen poco agua, aspecto que afecta a su
textura una vez se descongelen, ya que se rompen y desmenuzan más.
Estos dos tipos de queso es mejor
no congelarlos.
Tampoco conviene hacerlo con los quesos naturales
y frescos porque,
además de perder textura, también queda afectado su sabor.
A pesar
de que tienden a desmoronarse, siguen siendo aptos para el consumo.