
Aunque es un proceso que las compañías perforadoras se empeñan en afirmar que es “seguro”, los más recientes hallazgos destacan la necesidad de reglamentos más severos para controlar la extracción no convencional de petróleo y gas, advirtieron científicos.

Algunos niveles de benceno eran de 30 veces las concentraciones que se pueden encontrar en el aire en una gasolinera cuando se llena el tanque de un vehículo, explicaron.