Pekín ha hecho
público por primera vez cuáles son sus herramientas para conseguir que
fugitivos acusados de corrupción regresen a China junto con los activos que se
habían llevado al extranjero, incluso desde países con los que no existen
tratados de extradición.
actualidad.rt - En 2014 el
Ministerio de Seguridad Pública de China puso en marcha la Operación Fox Hunt
para localizar a funcionarios, y desde entonces más de 500 personas que huyeron
del país con más de 3.000 millones de yuanes (481 millones de dólares) en activos
han sido devueltos a China.
Según la Comisión
Central de Control Disciplinario, la operación internacional contó con la
participación de fiscales, el Ministerio de Exteriores, el Ministerio de
Seguridad Pública, el Ministerio de Seguridad del Estado y de la Justicia y el
Banco Popular de China.
Uno de los mayores
problemas era conseguir que volvieran a China fugitivos que se encontraban en
Estados Unidos, Australia y Canadá, países que carecen de tratados de
extradición con Pekín, informa 'The
Business Insider'.
En algunos casos
China envió a agentes para persuadir a los fugitivos de que pusieran fin a su
exilio, pero en otros casos envió pruebas de su actividad criminal a los países
de acogida para que los repatriaran por motivos de inmigración ilegal
directamente o a través de un tercer país. Además, las autoridades chinas
proporcionaron pruebas para que los países de acogida pudieran procesar a los
fugitivos bajo sus leyes nacionales.
Los activos
ilícitos fueron repatriados a través de diversos medios, desde acuerdos
bilaterales de cooperación hasta pactos con los sospechosos o sus familias para
que devolvieran los bienes.