Investigadores descubrieron que el parpadeo de la estrella
KIC 5520878 es demasiado regular para considerarse un mero fenómeno natural.
Esta característica no solo diferencia a este cuerpo celeste de cientos de
miles de otras estrellas estudiadas a través del telescopio Kepler, sino que
también podría demostrar la presencia de civilizaciones extraterrestres
avanzadas.
Lo que resaltan los astrónomos es que las pulsaciones de la
KIC 5520878, cuya luz disminuye y se intensifica en ciclos de seis horas,
siguen un patrón determinado, con una regularidad en cierta manera artificial,
detalla la revista en línea
Quanta Magazine.
Por lo tanto la estrella, que se encuentra a 16.000 años luz
de distancia, podría ser el resultado de la intervención de otras
civilizaciones mucho más avanzadas que la nuestra, capaces incluso de modular
artificialmente las pulsaciones de este objeto celeste atacándolo con rayos de
neutrinos para lanzar mensajes al espacio a través de estos parpadeos. Las
pulsaciones podrían servir como una señal que contenga algún tipo de
información, una especie de código Morse galáctico, reza la teoría de John
Learned.