Unos 250 jóvenes de
nueve países asisten al Primer Encuentro Latinoamericano Progresista de
Juventudes con sede en Ecuador, que concluye este sábado con una declaración
final.
Andes- ANSUR - Por Yurien Portelles - “Varios
países están enfrentando la mismas estrategias de estos golpes blandos que
están coordinados entre sectores que quieren volver al neoliberalismo; lo mismo
pasa en Ecuador, el ablandamiento, el calentamiento de las calles, campañas mediáticas”,
señaló a Andes Jorge Miño, líder de la Juventud PAIS, del gubernamental
Movimiento Alianza PAIS.
Miño es anfitrión de
este evento, en el que participan unos 250 delegados, y en cuya inauguración la
víspera, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, les advirtió de la
estrategia puesta en marcha por las élites económicas contra gobiernos
progresistas que han impulsado transformaciones socioeconómicas en la región.
En este evento, que
concluirá hoy con una declaración final, se debaten temas relacionados con
procesos de formación política, estructura y organización política,
comunicación política y redes sociales y acción y estrategia.
Durante la última
jornada, el sábado, está previsto el conversatorio 'Los procesos progresistas
de América Latina y el rol de la juventud' y se publicará una declaración
final.
Experiencias desde Ecuador, Venezuela, Bolivia, Brasil
y Argentina
Los jóvenes expusieron
las experiencias nacionales, y la necesidad de la organización de las
agrupaciones políticas juveniles y de la formación política de los líderes.
Miño, de PAIS, señaló
la aspiración de un amplio sector de la juventud ecuatoriana de que el proceso
de la Revolución Ciudadana tenga continuidad y los cambios sean irreversibles
“por la inclusión, por las escuelas, por las carreteras, por las vías, por la
educación, por las becas”, por lo que consideró “legítima” la necesidad de que
las mayorías que respaldan al gobierno se organicen.
Sobre los intentos de
“golpe blando” en Ecuador, opinó que “el único sentido que tienen estas
acciones a nivel continental es electoral por lo que consideró “un miedo” a que
estos procesos progresistas sigan en el poder, de ahí la importancia de que los
jóvenes accedan a los espacios de participación si aspiran a que estos
continúen.
Desde Venezuela,
Carlos Alberto Soto, de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela
(PSUV), señaló que en su país se realizó el primer ensayo de intento de golpe
mediático, o también llamado “golpe suave” en 2002 contra el gobierno del
presidente Hugo Chávez, y dijo que no es casual que se estén produciendo
simultáneamente hechos similares en varios países progresistas y de izquierda.
“Hemos venido
denunciando cómo esta práctica de sectores de la ultraderecha venezolana,
coordinada con sectores (económicos y de ultraderecha) de América Latina y con
el financiamiento internacional, ha querido derrocar el gobierno; lo hicieron
con Hugo Chávez y en la actualidad lo intentan con (Nicolás) Maduro”, apuntó.
Mencionó que en su
país los medios de comunicación que están aliados a emporios económicos se han
convertido en partidos políticos de derecha, "Es una dura batalla contra
los medios de comunicación que hoy mucho sirven a los podres de económicos”, acotó.
Sobre el tema, también
el boliviano Gabriel Villalba, de la agrupación 'Generación Evo', indicó a
Andes que se ha pretendido seguir el mismo libreto contra el mandatario
boliviano Evo Morales y argumentó que el accionar de los grupos de élite se
debe a que "son las últimas trincheras de la oposición derrotadas en las
urnas, que aún detentando el poder económico, intentan penetrar en el poder
político de participación”.
En el caso de Bolivia
dijo que existen muchas facciones empresariales que están participando de los
intentos de derrocar al gobierno como el cementero y accionista de la cadena de
comidas Burguer King, así como grupos como el Comité Cívico Potosonista (de
Potosí), que recientemente estuvo movilizado durante tres semanas con hechos
violentos, mientras grupos empresariales y medios de comunicación hacen su
parte con idéntico propósito.
“El principal factor
de la baja popularidad de Dilma son las campañas masivas de los medios de
comunicación”, afirmó Pedro Henrichs, de la organización juvenil del Partido
del Trabajo (PT) en Brasil, señaló a Andes que la lucha en Brasil es similar,
pero la defensa de la presidenta Dilma Rousseff es más compleja por su bajo
nivel de popularidad, y añadió que esos índices están condicionados por las
campañas mediáticas en su contra.
“El principal factor
de la baja popularidad de Dilma son las campañas masivas de los medios de
comunicación”, afirmó, y expuso que la derecha brasileña nunca aceptó la
ascensión de las clases bajas “ni compartir sus espacios” cuando el PT llegó al
poder en 2003 con Luiz Inácio Lula da Silva.
Entretanto, Facundo
Ballesteros, de la organización juvenil argentina La Cámpora, indicó que el
presidente Néstor Kirchner, ya fallecido, y la presidenta Cristina Fernández,
lo que hicieron fue devolverle a la juventud de su país la confianza en la
política y en la importancia de su participación para transformar la sociedad y
avanzar, además de que adoptaron medidas que “hacen que nosotros nos sintamos
en la necesidad de defender estos proyectos y en explicarle al vecino por qué
es tan importante que eso se siga profundizando”.
Ballesteros llamó la
atención en que si las organizaciones “no responden con organización y
participación, estos procesos corren riesgos". De ahí que destacó la
importancia de estos eventos para trazar estrategias de acción regional,
fortalecer los vínculos y conservar juntos alternativas, donde se muestre la
otra cara de la realidad y los pueblos de la región puedan informarse e
interactuar y no correr riesgo de que se
pierdan los proyectos sociales de izquierda y progresistas de la región.