La visita realizada
este viernes por el secretario norteamericano de Estado, John Kerry, a la isla
y el izamiento de la bandera estadounidense aquí pusieron fin a una etapa
inicial en el camino hacia la normalización, anunciado el pasado 17 de
diciembre por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama.
Aunque el 20 de julio
quedaron restablecidos los vínculos y reabiertas las sedes diplomáticas, en una
ceremonia que incluyó la izada en Washington D.C. del pabellón de la estrella
solitaria, faltaba por elevar la bandera de las barras y las estrellas en suelo
cubano.
De acuerdo con ambos
gobiernos, comienza un nuevo proceso más largo y complejo, que bajo el respeto
a la soberanía y la no injerencia en los asuntos internos permita la
convivencia entre vecinos, marcada por el reconocimiento de las profundas
diferencias existentes y la voluntad de trabajar juntos en temas de interés
común.
En una rueda de prensa
conjunta en el emblemático Hotel Nacional, el canciller cubano, Bruno
Rodríguez, reiteró la disposición de la mayor de las Antillas a tratar
cualquier tema sobre la base del respeto mutuo.
Por su parte, Kerry
expresó la determinación de la Administración Obama de "mirar hacia
delante", luego de señalar en el acto de izamiento la voluntad de
"acercarnos como dos pueblos vecinos, no como enemigos o rivales".
LA NUEVA ETAPA
Rodríguez y Kerry
anunciaron la activación de una comisión bilateral encargada de definir los
temas a abordar en la nueva etapa, entre ellos los asuntos pendientes tras más
de 50 años de distanciamiento, caracterizados por el bloqueo impuesto a la isla
y el empeño de aplicar a la misma la doctrina del cambio de régimen.
El grupo conjunto
iniciará sus labores el mes próximo, con la experiencia de las negociaciones
que llevaron al restablecimiento de lazos y la reapertura de embajadas,
pláticas calificadas de serias y constructivas por las partes.
Para Cuba, no pueden
existir vínculos normales entre dos países si uno de ellos mantiene contra el
otro un cerco económico, comercial y financiero, usurpa de manera ilegal una
porción de su territorio (la base naval de Guantánamo) e insiste en desestabilizarlo.
Al respecto, el
Secretario de Estado reconoció la necesidad de levantar el bloqueo y reiteró el
compromiso de Washington con lograr el fin del mismo -lo cual está técnicamente
en manos del Congreso-, pero descartó abordar de inmediato otras preocupaciones
de La Habana.
Según Kerry, existen
muchas cuestiones complejas sobre la mesa que deben priorizarse y áreas en las
cuales se puede avanzar con mayor facilidad, "aunque no rechazamos ningún
tema que pudiera salir en el proceso".
Los dirigentes también
mencionaron el interés en tratar el asunto de las compensaciones, que Cuba
reclama por los daños causados a la isla después de décadas de agresividad
norteamericana, mientras Estados Unidos las pide por la nacionalización de
propiedades a sus ciudadanos.
Rodríguez aclaró que
las leyes cubanas prevén esa figura, aplicada para compensar a todos los
extranjeros afectados por las medidas revolucionarias, menos a los
estadounidenses, ya que la hostilidad de Washington contra el proceso que
triunfó el 1 de enero de 1959 impidió hacerlo.
TEMAS EN AGENDA
El canciller cubano
recibió a Kerry en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde
conversaron sobre temas relevantes para los dos países.
"Coincidimos en
la importancia de abrir nuevas áreas de diálogo, consolidar los mecanismos de
cooperación bilateral ya creados y explorar y abrir otros en esferas
diferentes, como el medio ambiente, la salud, la ciencia y el cumplimiento y la
aplicación de la ley", precisó Rodríguez.