Según el guion de los
ejercicios, las unidades de guerra electrónica del Distrito Militar Occidental
ruso recibieron la misión de neutralizar los vehículos aéreos no tripulados de
reconocimiento del enemigo virtual. Y lo cumplieron con éxito, informa la cadena
rusa Zvezdá.
actualidad.rt - Para
ello el sistema de guerra electrónica Zhitel detectó las frecuencias de control
de estos drones e interfirió en su manejo. Y, además, pudo destruir el control
de drones enemigos sin interferir en el control de sus propios aviones y vehículos
no tripulados.
Este episodio puede
parecer de menor importancia en la escala internacional. Además se trata de
maniobras cuyo resultado es bastante relativo y condicional, puesto que no se
ven tanques ni aviones destruidos… Para ver el verdadero poder destructivo de
los sistemas de guerra electrónica rusos hay que recordar los recientes casos
de uso real.
¿Cómo es la realidad?
Marzo de2014: los
habitantes de Crimea organizan un referéndum para unirse a Rusia. Un MQ-5B, un
dron del Ejército estadounidense de producción israelí, está sobrevolando la
ciudad (y la base naval rusa) de Sebastopol, para luego transmitir toda la
información a la base cerca de la ciudad ucraniana de Kirovograd, donde están
sus operadores.
De repente desaparece
de las pantallas del radar y se pierde todo el contacto con él… El sistema ruso
Avtobaza destruyó la comunicación de este aparato con el operador, para luego
tomar el control del dron y hacerlo aterrizar en su territorio.
Un caso similar se
registró en 2011, al inicio de la guerra civil en Siria, cuando los militares
estadounidenses dieron por derribado por tropas sirias un dron suyo que
sobrevolaba el territorio del país árabe. En realidad este dron también había
sido saboteado por el sistema Avtobaza, que había sido suministrado a Siria,
junto con otras armas rusas, de acuerdo con contratos firmados antes del
comienzo de la guerra.
Y una historia aún más
convincente en cuanto a los últimos avances de Rusia en el campo de la guerra
electrónica se produjo con el destructor estadounidense Donald Cook, que entró
en 2014 en el mar Negro con la misión de 'asustar' durante la crisis de Ucrania,
para lo cual estaba equipado con un novísimo sistema antiaéreo y armado, entre
otros, con misiles de crucero Tomahawk.
En realidad, se asustó
la tripulación de esta nave. Un destructor, lleno de poderosas armas y sistemas
de defensa, de repente se quedó 'ciego' al apagarse sus sistemas electrónicos
cuando lo sobrevoló una patrulla de bombarderos tácticos rusos Su-24, desarmados
pero con sistemas de guerra electrónica Jibiny activados.