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actualidad.rt - Los países árabes están viviendo "violentas
convulsiones" que están cambiando fundamentalmente la región. Maha Yahya,
experta en Oriente Medio del Centro Carnegie, opina que, si bien es imposible
predecir exactamente "cómo se desarrollará el caos", hay tres grandes
tendencias que definirán el futuro de estos países, y las tres amenazan con
consecuencias catastróficas en los próximos años si los Gobiernos no cambian el
curso de los acontecimientos.
Violencia y movimientos de población
La primera de las tendencias tiene que ver con la violencia
política, que está remodelando a las sociedades árabes, escribe la analista en
un artículo publicado por 'The National Interest'.
La experta destaca que la violencia del autodeclarado Estado
Islámico y la pérdida de control de los Estados sobre los territorios
nacionales han desarraigado a millones de individuos, familias y comunidades
enteras, principalmente en Irak, Siria, Yemen y Libia.
La importancia de este proceso, según la analista, va mucho
más allá de sus consecuencias humanitarias. Por un lado, "el rico mosaico
de religiones y etnias" que ha caracterizado a las sociedades árabes desde
hace miles de años está cediendo terreno a una homogeneidad unitaria, mientras
que por otro lado los movimientos de la población remodelan los países a los
que se dirigen los refugiados, como el Líbano, Jordania y Túnez, explica.
Mientras tanto, prosigue Yahya, las respuestas regionales y
nacionales a los agravios políticos dentro de los países alimentan la
polarización social a una escala nunca antes vista.
Como consecuencia, surgen fracturas ideológicas, religiosas,
sectarias, étnicas y tribales que dejan "cicatrices sociales
incurables".
Corrosión de las autoridades estatales
En segundo lugar, opina la experta, la legitimidad y la
autoridad de los Estados árabes se está desintegrando, y los levantamientos
reflejan el descontento generalizado con los sistemas de gobierno imperantes.
En este contexto, nacen nuevos actores militares no estatales, en particular el
Estado Islámico, que "están desafiando la idea del Estado-nación y buscan
la construcción de realidades políticas alternativas".
Esto significa que los partidos gobernantes existentes
tienen que lidiar con el surgimiento de estos nuevos actores, incluidos los
señores de la guerra, e inventar maneras de poner fin a los conflictos, que
ahora son más variados y menos tradicionales que anteriormente.
El empoderamiento individual
La tercera tendencia está relacionada con "un fuerte
sentido de empoderamiento individual" que está surgiendo en los países
árabes y que aún estamos lejos de comprender.
A pesar del evidente efecto positivo de esta tendencia, que
consiste en una mayor convicción de los ciudadanos en su capacidad de influir
en los cambios en el país y en sus propias vidas, también hay un lado negativo,
que se manifiesta en la "creciente militarización de la juventud"
insatisfecha con los Gobiernos actuales.
"Tal vez la manifestación más virulenta de esta
sensación de poder es el Estado Islámico", que a pesar de "su agenda
abominable y sus tácticas violentas" muchas veces representa la única
alternativa de futuro para jóvenes de la región que quieran ser parte de la
construcción de un nuevo Estado.
Solución
En opinión de la analista, para revertir estas tres
tendencias y evitar sus consecuencias negativas, los Gobiernos árabes tienen
que encontrar maneras de reconstruir sus relaciones con los ciudadanos. Entre
otras cosas, deben trabajar con actores civiles para trazar nuevos sistemas
políticos inclusivos, reformar las instituciones y descentralizar las
estructuras del poder, restablecer los derechos de los ciudadanos, respetar y
valorar la diversidad social, aprovechar la creatividad social y atender
antiguos agravios.
"Esto es de suma importancia para una región que busca
un futuro mejor y quiere ganarse a la población joven", concluye la
autora.