Andes. ANSUR. - Menchú, quien visitó la víspera la contaminación dejada por
la petrolera estadounidense Chevron-Texaco en la Amazonía, señaló que es
preciso volver a retomar el camino de la humanidad frente a la pobreza
espiritual contemporánea y ello es posible a través de las redes sociales,
donde esta se reproduce y hoy se transmiten mensajes de broma y campañas
sucias.
“Imagínense el mensaje diario de 3.000 millones de
habitantes del planeta que tuvieran una conciencia de su existencia como una
misión para la vida; cambiaría el rumbo de las redes sociales”, indicó.
De ello ocurrir, según dijo, “ya no sería el intercambio de
bromas, de chistes, a veces de campañas sucias, sino una red social que vendría
a globalizar los valores, la ética y al ser humano como un ser humilde, pero un
ser constructor de cosas buenas".
Expuso que la complementariedad es uno de los principios
básicos que hacen posible no solo la existencia, sino la coexistencia, y ello
tiene que ver, en su opinión, con la capacidad de la construcción para los
demás, un valor ancestral.
“Muchos de los principios y valores ancestrales hoy los
necesita la humanidad, y no un pueblo u otro, ya que jamás se podrá resolver
solos todo, por muy dotados de cualidades o conocimientos que se tengan”,
indicó.
La líder indigenista guatemalteca también reconoció los
avances en la lucha de las comunidades nativas hasta lograr la aprobación de la
declaración universal de los derechos de los pueblos indígenas, con 46
artículos, y en particular elogió la Carta Magna de Ecuador y Bolivia, países a
los que consideró “el recipiente” donde se depositan, quizás, muchos de los
sueños y anhelos de estas comunidades.
“En Bolivia tenemos esa oportunidad histórica que no podemos
perder; (…) En Ecuador, la constitución nueva multicultural y plurinacional, da
una tremenda ventaja”, acotó la también Premio Príncipe de Asturias en 1998.
Rigoberta Menchú acompañada de las dos vicepresidentas de la
Asamblea Nacional de Ecuador. Rosana Alvarado (izq) y Marcela Aguiñaga (der).
Foto: Carlos Rodríguez/Andes
Cumbre de los Pueblos
Indígenas de Alto Nivel, en Ecuador, 2016
Rigoberta Menchú manifestó que existen retos y desafíos, aún
cuando se han reconocido derechos y delitos de discriminación, entre otros, y
por ello de conjunto con el gobierno ecuatoriano, y su presidente Rafael
Correa, han convocado a una Cumbre de Pueblos Indígenas de Alto Nivel el
próximo año.
“La memoria colectiva nos ha hecho posible escribir una
ruta”, enfatizó al señalar la necesidad de ese foro como un punto para abordar
los asuntos pendientes y trasmitir las experiencias que existen en este
hemisferio en el campo social, de la política, la economía, la cultura y lo
espiritual, como el caso de Ecuador con el concepto del ´Buen Vivir´.
"Hay un conjunto de experiencias que tiene América
Latina, pero de manera especial algunas áreas de la región que ya puede poner a
disposición de la humanidad”, afirmó.
Además, planteó la necesidad de que se establezca una nueva
relación entre los pueblos indígenas y los Estados, aún cuando en algunos
lugares ya existe esta “muy productiva y participativa”, pero comentó que en
otros es preciso mejorar las comprensiones para hacer una proyección de futuro.
Indicó que también los pueblos indígenas no están exentos de
la pobreza espiritual o la pobreza material o social, y se refirió a la
importancia del papel de los dirigentes en estas transformaciones; en su caso
comentó: “quizás no soy un poder exacto, pero soy una referencia moral o una
referencia, o un altavoz en algunos temas”.
Por otra parte, expresó sus deseos para dicha Cumbre, la
cual, indicó “tiene que ser muy solemne, extraordinaria porque no se va a dar
ni en Viena, ni en Washington, ni en Ginebra; va a ser en el corazón de la
América”.
Agregó que este evento será en el Sur, “donde siempre
debimos a ver tirado nuestra mirada y donde siempre nacerá una esperanza porque
allí esta Madre Tierra, los pueblos, su código de ética y su memoria”.