El sueco Tomas
Lindahl, el estadounidense Paul Modrich y el turco Aziz Sancar han ganado el
Premio Nobel de Química de 2015 por sus investigaciones sobre el ADN, anunció
este miércoles (07.10.2015) la Real Academia Sueca de Ciencias.
"Cartografiaron,
a nivel molecular, la forma en que las células reparan el ADN dañado y protegen
la información genética. Su trabajo ha proporcionado conocimiento fundamental
de cómo funciona una célula viva y es, por ejemplo, utilizado para el desarrollo
de nuevos tratamientos contra el cáncer", dijo la Real Academia Sueca de
Ciencias en un comunicado.
Cada día, explicó el
comité en su fallo, el ADN es dañado por radiaciones ultravioletas, radicales
libres u otros agentes cancerígenos, pero a pesar de esos ataques sus moléculas
se mantienen intrínsecamente estables. Si el material genético no se desintegra
en un completo caos es por la existencia de sistemas moleculares que de forma
continua controlan y reparan el ADN.
Maquinaria molecular
que repara el ADN
A comienzos de los
setenta, la comunidad científica creía que el ADN era una molécula
extremadamente estable, pero Lindahl comprobó que no era así, lo que le llevó a
descubrir una maquinaria molecular que de forma constante repara el ADN y evita
su deterioro.
Sancar ha centrado sus
trabajos en los sistemas de reparación por escisión de nucleótidos, un
mecanismo que subsana los daños causados por las radiaciones ultravioletas.
Cuando una persona nace con un sistema de ese tipo defectuoso, desarrollará
cáncer de piel si se expone a la luz solar.
Modrich, por su parte,
ha demostrado cómo las células corrigen errores que ocurren cuando el ADN se
replica durante la división celular; una variante hereditaria del cáncer de
colon, por ejemplo, se debe a un defecto congénito en ese mecanismo.
El premio está dotado
con ocho millones de coronas este año (unos 850.000 euros) y será entregado a
Lindahl, Modrich y Sancar el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de
Alfred Nobel.
El año pasado, los
galardonados fueron los estadounidenses Eric Betzig y William E. Moerner, así
como el alemán Stefan W. Hell por el desarrollo del microscopio de
fluorescencia de superresolución, que permitió llevar "la microscopía
óptica a la nanodimensión".
VT (efe, dpa, reuters)