El hallazgo fue publicado en la última edición de la revista británica "Nature". (Foto:mensageirosideral.blogfolha.uol.com.br) |
Una investigación realizada por la NASA y publicada en la
revista británica “Nature”, indica que un muro invisible a 11 mil kilómetros de
la superficie terrestre protege a los seres humanos de una radiación altamente
nociva para la salud.
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio
(NASA, por su sigla en inglés) descubrió un campo de fuerza invisible e
impenetrable, a una distancia de 11 mil kilómetros de la superficie de la
tierra, que protege nuestro planeta contra dosis letales de radiación.
Este jueves, la última edición de la revista británica
“Nature”, divulgó el estudio en el que se utilizaron dos satélites lanzados en
2012, denominados las “Sondas de Van Allen”, en honor al científico
norteamericano James Van Allen, el primero en descubrir la existencia de dos
zonas de radiación de alta energía que circundan la Tierra.
Las sondas usadas por la NASA tenían como objetivo estudiar
los cinturones de radiación hallados por Van Allen en 1958. En ese sentido, la
pesquisa liderada por el científico estadounidense e investigador de la
Universidad de Colorado (EE.UU), Dan Baker, demostró que todos los electrones
con los niveles más altos de energía se mantenían bloqueados por encima de los
cinturones.
Ninguno de los electrones traspasa la barrera de los 11 mil
kilómetros.
De acuerdo a la investigación, en caso de que esos
electrones pasen el límite de los 11 mil kilómetros y lleguen a la superficie
terrestre, se produciría una radiación nociva para los seres humanos.
“Es parecido a si esos electrones estuvieran chocando con
una pared de vidrio en el espacio, señaló Baker en una nota sobre el tema. “Es
un fenómeno extremadamente intrigante”, agregó.
En contexto, ¿Qué son los Cinturones de Van Allen?
Son dos fajas, formadas por partículas cargadas e
interpoladas en el campo magnético terrestre que rodean nuestro planeta.
Fueron descubiertos en 1958 por el físico americano James
Van Allen, responsable de un experimento confiado al primer satélite artificial
americano "Explorer 1".
Los cinturones son evitados por las misiones espaciales
tripuladas, porque su radiación puede dañar el organismo humano.
Por: teleSUR-mensageirosideral.blogfolha.uol.com.br-jm-JR /Mt