

A este hándicap se le suma que Plutón, con un tamaño menor
que el de la luna terrestre, tiene una gravedad muy baja, lo que impediría que
su órbita retuviese a New Horizons. Para lograr que esto suceda la nave debería
contar con un segundo cohete que, al impulsarla en dirección contraria, la
ralentizara hasta casi detenerla. Eso supondría aún más peso y haría a la sonda
demasiado pesada para abandonar la Tierra.
Pese a las dificultades, los científicos de la NASA esperan
obtener resultados positivos aunque solo logren cumplir sus objetivos
primarios. Este viaje de más de 4.500 millones de kilómetros permitirá obtener
mapas detallados de Plutón y sus lunas, comprender de qué están formados y cuál
es la composición de su atmósfera.