De los más de 400.000
guaraníes que habitaban en Sudamérica cuando los españoles llegaron a fines del
siglo XV y principios del XVI, sólo quedan 51.000 en Brasil. Ellos perdieron
sus tierras en Mato Grosso do Sul y fueron reprimidos y asesinados cada vez que
intentaron recuperarlas, publicó 'Daily Mail'.
actualidad.rt -
Hacinados en precarias viviendas al costado de las rutas, los guaraníes
aguardan que el Gobierno cumpla el compromiso asumido en 1993 de reubicarlos y
que, hasta ahora, sólo quedó en promesas. Por eso, la comunidad descree de su
cumplimiento. "El Gobierno no parece querer una solución pacífica",
afirmó un miembro de la tribu a la publicación Intercontinental Cry. Además, lo
acusó de buscar el "derramamiento" de su sangre. "Parece que el
Gobierno y la justicia de Brasil quieren nuestra muerte", criticó. Por lo
tanto, aseguró que si no se defienden ellos mismos seguirán padeciendo
"hambre, sed, sufrimiento e injusticia".
Mientras tanto, sus
legendarias tierras son explotadas por nuevos propietarios que utilizan todos
los medios para que las tribus no logren reinstalarse en ellas, incluso, la
contratación de "pistoleiros" que echan por la fuerza a los
aborígenes. Las consecuencias de sus enfrentamientos son elocuentes. A fines de
agosto, el líder tribal Semião Vilhalva fue asesinado de un disparo por los
mercenarios cuando intentó recuperar las tierras en Mato Grosso do Sul. En el
mismo hecho, un bebé de un año murió tras recibir un balazo de goma en la
cabeza. Muchos fueron heridos. Más tarde, otros fueron obligados a huir a la
selva cercana.
Las consecuencias de
esta violencia sufrida por los guaraníes se traducen en la cantidad de
suicidios que hay en la comunidad, que supera 34 veces al promedio nacional.
Desde 1986, se quitaron la vida unas 517 personas. También es mayor la
mortalidad infantil.
Ante esta situación,
la comunidad guaraní denunció el "genocidio silencioso" al que los
somete el Gobierno, que los deja a su suerte, sin respuestas ante la presencia
de los mercenarios y de los terratenientes que provocaron, según Survival International,
la "peor crisis humanitaria" de Brasil. "Sin su tierra los
guaraníes no pueden sobrevivir. La única manera para prevenir más derramamiento
de sangre es que el Gobierno actúe rápido para devolverles su tierra",
concluyó la activista por la caridad, Sarah Shenker.