Tras
su visita oficial, que tuvo lugar del 5 al 16 de noviembre de
2018, Alston indicó en su informe final, publicado este miércoles, que las
consecuencias “del experimento de la austeridad” son diáfanas.
“Hay
14 millones de personas que viven en la pobreza, niveles récord de hambre y de
personas que se encuentran sin hogar, una esperanza de vida cada vez menor para
algunos grupos, menos servicios comunitarios y una gran reducción de
normativas, en tanto que el acceso a los tribunales para los grupos de bajos
ingresos se ha visto drásticamente reducido por los recortes en la asistencia
jurídica”, destacó.
El
relator indicó que la imposición de este tipo de políticas fue el resultado de
un “proyecto ideológico diseñado para cambiar de forma radical la relación entre el Gobierno y
la ciudadanía” y "a la toma de decisiones políticas", que
han provocado el descenso de los niveles de bienestar en un breve lapso debido,
pese a disponer de un amplio abanico de opciones.
Si no termina con las medidas de austeridad, las personas más
pobres del Reino Unido vivirán vidas "solitarias, pobres, desagradables,
brutales y cortas.
Acto
seguido, denunció que el mantra gubernamental de “trabajo antes que bienestar”
transmite el mensaje de que las personas pueden pedir “donativos”, pero que el
Estado no ofrecerá la red de seguridad social básica “a la que se
comprometieron todos los partidos políticos desde el año 1945”.